Por medio de la promoción de la felicidad es posible contribuir al desarrollo sostenible. Lo que a su vez, tiene un impacto positivo en el estado mental y físico de los seres humanos. Esta propuesta que contará con tres post, busca mostrar algunos casos de éxito sobre planeación, transporte y alimentación, que inspiren a los lectores a implementar nuevos hábitos como instrumento para fomentar el desarrollo sostenible de las ciudades del continente americano. El objetivo de este post, es promover aquellas iniciativas que buscan generar espacios dentro de las ciudades, para la realización de actividades amigables con el medioambiente.
Ciudades para la felicidad.
La ciudad es un lugar que debe estar diseñado para vivir. Un lugar que cada ciudadano debe poder recorrer y disfrutar. Un espacio lleno de cielo, aire y agua. Por ello, y como lo denomina en su libro Happy City, el autor Charles Montgomery, la ciudad feliz es la misma que se encuentra colmada de verde. Es ese sistema que permite ser recorrido mientras se respira un aire limpio y que por ende, garantiza la vida del mañana. La felicidad siempre tiene una connotación diferente para cada ser humano. Sin embargo, el reporte apoyado por la Naciones Unidas sobre felicidad, analiza seis variables con el ánimo de medir y establecer un ranking de los países más felices. Las variables utilizadas para este reporte fueron: PIB per cápita, apoyo social, esperanza de vida, libertad, generosidad y percepción de corrupción. Dentro de este ranking, solo un país del conteniente americano se encuentra entre las diez primeras posiciones y cinco hacen parte de los primeros veinte países mas felices del mundo.
La prioridad debe ser que los ciudadanos sientan que la ciudad les pertenece. Por ello lo hecho en Bogotá desde 1974 por medio del proyecto “Ciclovia” es una forma de devolver a los ciudadanos lo que es de ellos. Esta iniciativa, promueve cerrar todos los domingos algunas de las vías vertebrales de la ciudad. De esta manera los habitantes puedan recorrer la capital de Colombia, mientras hacen ejercicio. A finales de la década de los noventa, este proyecto fue impulsado por el gobierno distrital, ampliando su cobertura hasta los 121 kilómetros de vías para los ciudadanos, donde en sus años dorados hasta dos millones de usuarios se tomaron las calles. Este proyecto ha sido tan exitoso, que ha aglomerado a organizaciones y ha sido replicado en otro países del continente, tales como: Brasil, Costa Rica, Mexico, Peru entre otros.
Otro ejemplo de felicidad como pieza clave para el desarrollo sostenible, es la ciudad de Groningen, Países Bajos. Esta ciudad, obtuvo el mejor resultado en la encuesta de percepción de calidad de vida de ciudades europeas. Groningen, es conocida por sus fuertes políticas en pro del ser humano. Este fenómeno se visualiza cuando el 94% de los ciudadanos encuestados, consideran estar muy satisfechos con los espacios públicos que la ciudad les brinda. Las plazas, como sitio de encuentro y como espacio para el desarrollo de actividades culturales, hacen que los ciudadanos prefieran aprovechar la luz del sol para tomarse la ciudad y vivirla al aire libre.
Dentro de las iniciativas de ECPA se encuentra el proyecto dirigido por American Planning Association (APA) en equipo con EMBARQ en la Ciudad de México. Uno de los objetivos de este proyecto es mejorar los espacios públicos en la ciudad. Tal y como lo expresa dicha iniciativa, los espacios públicos generan apropiación por parte de los habitantes de la ciudad, lo que resulta en beneficios económicos, ambientales y sociales. Esto a su vez significa salud física y mental, más espacios para la recreación, e incluso, una nueva forma de desarrollo de ciudad. Dicha forma puede estar dirigida a que los habitantes se tomen la ciudad y que por ende se necesiten de menos recursos o de medios alternativos para suplir las necesidades de todos y cada uno de los habitantes.
La felicidad en la ciudad, es brindarle al ciudadano espacios para la recreación. Lugares que sean puntos de encuentro, donde todos puedan disfrutar del aire, el sol y el agua. La felicidad siempre tendrá un significado diferente para cada ser humano. Pero las acciones que promuevan un estado emocional positivo y que resulten en una forma de desarrollo sostenible, son el camino para garantizar el cuidado de los recursos medio ambientales por medio de la plenitud mental y física de los ciudadanos. Todo cambio comienza por las acciones propias, es momento de que en el Continente los ciudadanos se tomen la ciudad, solo así se garantizará el futuro de las siguientes generaciones.
¿Qué harás hoy para ser más feliz en tu ciudad?
Jaime Andrés Fajardo Bastidas
@Jaimeandresfaba
Diseñador industrial de la Pontificia Universidad Javeriana con experiencia en innovación y procesos creativos para el desarrollo de ciudad. Ha trabajado en el sector público y privado en Colombia, Trinidad y Tobago, Argentina y Estados Unidos. Adelanta estudios de Maestría sobre Transporte y Planeación en Cardiff University, Reino Unido. Donde centra su investigación en la relación del concepto de felicidad percibida como vehículo para el desarrollo sostenible.