Noticias

Voces indígenas del cambio climático

miércoles, junio 09, 2021

Fila superior, de izquierda a derecha: Sinéia B. do Vale, Hindou Oumarou Ibrahim, Deb Haaland
Fila inferior: Tuntiak Katan, Fawn Sharp, Archana Soreng

Para los pueblos indígenas de las Américas y del mundo, el cambio climático no es una amenaza abstracta del futuro, sino una realidad cotidiana cuyo oneroso costo están pagando con sus tierras y sus medios de vida. Es hora de que el resto del planeta preste atención y aprenda del conocimiento tradicional de las comunidades indígenas acerca de un mejor cuidado del planeta, expresaron recientemente varios líderes indígenas.

 

«El cambio climático no es algo que irá a suceder. Ya sucedió», dijo Sinéia B. do Vale, del Consejo Indígena de Roraima, Brasil, en la Cumbre de Líderes sobre el Clima que la Casa Blanca convocó recientemente.

Durante el evento virtual de dos días, tanto ella como varios participantes de diferentes países enfatizaron que las comunidades indígenas y los pueblos tribales deben ser incluidos en la conversación sobre las soluciones al cambio climático.

Fawn Sharp, presidenta del Congreso Nacional de Indios Americanos, habló sobre los numerosos «impactos de primera línea» de los que ha sido testigo en tanto que líder de la nación indígena Quinault en el estado de Washington, incluyendo la extinción del salmón rojo, las inundaciones por el aumento del nivel del mar y el derretimiento de un glaciar cercano.

«Lamentablemente, mi nación tribal no es la única», dijo. «En todo el país y en todo el mundo, las comunidades indígenas comparten nuestra realidad, historia y narrativa trágica, verdadera y muy dura».

«Pero», agregó, «también compartimos algo más. Compartimos siglos de sabiduría y conocimiento ancestral y atemporal sobre cómo enfrentar los impactos del cambio climático de una mejor manera».

El mundo de hoy, dijo Sharp, se ha «desprendido por completo de los valores, la enseñanza y la responsabilidad que todos compartimos con respecto al cuidado de nuestros parientes, el océano, los bosques y los cielos». Las naciones tribales, señaló, están dispuestas a «unirse a la comunidad mundial en pos de una agenda de acción climática tenaz, inclusiva, estratégica y audaz».

 

Palabras y acciones

 

Terrazas agrícolas en el valle de Andamarca, Ayacucho, Perú

La noción de que los pueblos indígenas pueden darle al mundo una lección sobre el medio ambiente no es nada novedosa. Téngase en cuenta el reconocimiento de la Declaración de Río de 1992: «Las poblaciones indígenas y sus comunidades, así como otras comunidades locales, desempeñan un papel fundamental en la ordenación del medio ambiente y en el desarrollo debido a sus conocimientos y prácticas tradicionales». Asimismo, el Acuerdo de París adoptado en 2015 establece que la labor de adaptación al cambio climático «debería basarse e inspirarse en la mejor información científica disponible y, cuando corresponda, en los conocimientos tradicionales, los conocimientos de los pueblos indígenas y los sistemas de conocimientos locales».

Pero estos ideales no se ponen en práctica siempre. En diferentes sesiones de la cumbre virtual, varios participantes subrayaron la necesidad de apoyar la acción climática de los pueblos indígenas con más financiamiento, auténticas consultas y un reconocimiento de sus derechos con respecto a sus territorios.

«Cuando nos referimos al clima, no debemos olvidarnos de los derechos territoriales», afirmó Sinéia do Vale. Señaló que los pueblos indígenas aportan conocimientos ancestrales sobre el clima y estrategias de conservación a largo plazo de los bosques. Frecuentemente, sus tierras actúan como barrera ante la deforestación y la degradación ambiental. Estas contribuciones hacen que sea especialmente importante garantizar el respeto de sus derechos territoriales, agregó.

Vista aérea del territorio del Parque Indígena Xingu y grandes granjas de soja en la selva amazónica, Brasil.

Esta observación también la hizo Tuntiak Katan, líder del pueblo Shuar de Ecuador y Coordinador General de la Alianza Global de Comunidades Territoriales, una coalición de comunidades indígenas y locales de 18 países. En su conjunto, las comunidades que la Alianza Global representa ocupan más de 800 millones de hectáreas de bosques tropicales, pero sus derechos sobre aproximadamente la mitad de esa superficie no están reconocidos, según Katan. Además, dijo, estos administradores ambientales a menudo enfrentan serias amenazas a su seguridad.

«Hay que detener el asesinato, la persecución, de pueblos indígenas y guardianes de bosques que están protegiendo los bosques, los mares, el agua dulce», dijo Katan.

Estas labores de protección ambiental se están tornando cada vez más importantes. Un reciente informe de políticas de las Naciones Unidas señala que, si bien los pueblos indígenas representan tan solo alrededor del 5 por ciento de la población mundial, «administran de hecho» entre un 20 y un 25 por ciento de la superficie terrestre, una zona que coincide con el 80 por ciento de la biodiversidad del planeta y alrededor del 40 por ciento de todas las áreas terrestres protegidas y paisajes ecológicamente intactos.

«Por lo tanto, los pueblos indígenas desempeñan un papel clave en las labores de protección del planeta y la biodiversidad», dice el documento.

 

Soluciones basadas en la naturaleza

 

Hay miles de pueblos indígenas diferentes en todo el mundo. Si bien cada uno de ellos tiene su propia identidad, cultura, idioma y prácticas sociales, la característica determinante que los une es una profunda conexión con sus tierras tradicionales y con la naturaleza circundante.

«Para nosotras, la protección de la naturaleza no es una política, es nuestro estilo de vida», explicó Hindou Oumarou Ibrahim, quien dirige la Asociación de Mujeres Fulanis y Pueblos Autóctonos del Chad y habló en un panel de la reciente cumbre climática.

Agricultora en un campo agrícola en Chad, situada en el desierto del Sahel y el Sahara.

Afirmó que en su propia comunidad de pastores nómades del Sahel, una región semiárida al sur del desierto del Sahara, la «agricultura con cero emisiones netas de carbono» ya es una realidad, gracias en parte al conocimiento transmitido por generaciones de abuelas que observaron de cerca a la naturaleza. «Usamos la ciencia y el conocimiento tradicional para desarrollar la resiliencia de nuestras comunidades porque sabemos cómo escuchar a nuestra Madre Tierra», dijo.

«Nosotros, los pueblos indígenas, respetamos el Acuerdo de París. Ni en 2050 ni siquiera en 2030. Lo respetamos ahora mismo», afirmó enfáticamente la joven activista, y agregó que los pueblos indígenas están dispuestos a compartir su experiencia y ayudar a construir la capacidad de los países industrializados en esta materia.

Una sesión de la cumbre, encabezada por la Secretaria del Interior de Estados Unidos, Deb Haaland, se centró en la importancia de las acciones climáticas basadas en la naturaleza. En sus comentarios, Haaland, primera nativa americana nombrada Secretaria de gabinete en Estados Unidos, recordó su propia educación en Laguna Pueblo, Nuevo México, «donde aprendí cuán interconectado está el mundo».

«La naturaleza tiene un papel fundamental que desempeñar para mejorar nuestra resiliencia al cambio climático y crear una economía próspera y sostenible», afirmó. «Si cuidamos nuestra tierra, agua y vida silvestre, podemos crear millones de nuevos empleos y generar miles de millones de dólares de ganancias en los próximos años».

Haaland se refirió a algunas formas en que la naturaleza puede fortalecer la resiliencia del planeta. «Sabemos que los bosques sanos capturan carbono y lo encierran, que el océano absorbe el calor del calentamiento causado por los seres humanos, que los humedales son obstáculos naturales de las tormentas más frecuentes e intensas y que nuestras comunidades dependen de los recursos de nuestra tierra para prosperar», dijo.

Promover este tipo de soluciones, señaló, formará una parte esencial de la agenda climática del gobierno de Biden. «Lograr cero emisiones netas de carbono en 2050 no será posible sin la naturaleza», dijo Haaland.

Según un informe de 2019 de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y la Universidad de Oxford, estudios recientes indican que las soluciones basadas en la naturaleza podrían proporcionar «alrededor del 30 por ciento de la mitigación rentable» necesaria a 2030 para estabilizar el calentamiento global por debajo del umbral de 2 grados Celsius.

Una nueva iniciativa público-privada de financiamiento lanzada durante la reciente cumbre climática se propone fortalecer el enfoque basado en la naturaleza mediante la protección de los bosques tropicales. Conocida como LEAF Coalition (acrónimo en inglés que significa: Reducción de Emisiones Mediante la Aceleración del Financiamiento Forestal), el objetivo de la iniciativa consiste en movilizar al menos US$1.000 millones este año para otorgar incentivos financieros a la reducción verificada de emisiones forestales. Cuenta con el respaldo de varios gobiernos, incluyendo Estados Unidos, Reino Unido y Noruega, y de empresas tales como Airbnb, Amazon, Bayer y Nestlé, entre otras.

Varios participantes de la cumbre enfatizaron que los pueblos indígenas del mundo deberían estar en el centro de las soluciones climáticas basadas en la naturaleza. «Nosotros creemos y proponemos que las soluciones basadas en la naturaleza también tienen que ir de la mano con soluciones basadas en comunidades», dijo Tuntiak Katan, de la Alianza Global de Comunidades Territoriales.

También es importante que las soluciones basadas en la naturaleza creen oportunidades de trabajo para los jóvenes indígenas y que apoyen sus conocimientos y prácticas tradicionales, dijo Archana Soreng, perteneciente a la tribu Kharia, de India, e integrante del Grupo Asesor Juvenil sobre el Clima que estableció el Secretario General de la ONU.

Las soluciones basadas en la naturaleza pueden ser efectivas cuando se reconocen y se cumplen los derechos de los pueblos indígenas sobre sus tierras, bosques y territorios, dijo, y cuando las comunidades indígenas tienen derecho a rechazar proyectos de desarrollo cuyos efectos puedan ser negativos para ellos.

«El consentimiento libre, previo e informado de las comunidades indígenas, tradicionales y locales debe ser el núcleo de las soluciones basadas en la naturaleza y las políticas climáticas participativas y vinculantes. Las soluciones basadas en la naturaleza no se pueden utilizar como sustituto de las reducciones de emisiones», y agregó que los países deben acelerar su acción climática y apuntar a cero emisiones netas a 2030, no 2050.

«Desde hoy en adelante, darle prioridad a la justicia y el bienestar tanto de la naturaleza como de las personas debería ser la base a medida que avanzamos», dijo Soreng.