El Presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, describió la cumbre de dos días, celebrada los días 8 y 9 de agosto, como el comienzo de «un nuevo sueño amazónico».
«Espero que cada persona, cada ciudad, cada río y cada árbol de nuestra inmensa selva encuentre su lugar en esta visión de una nueva Amazonia», afirmó.
Con una superficie geográfica equivalente a una vez y media la de la Unión Europea, la Amazonia sudamericana es la mayor selva tropical del mundo y contiene el 10% de todas las plantas y animales conocidos.
«Pero la Amazonia no está hecha sólo de flora y fauna», añadió, señalando que 50 millones de personas viven en todo el territorio, ya sea en grandes áreas metropolitanas o en aldeas remotas. La Amazonia es el hogar de 400 pueblos indígenas que hablan más de 300 lenguas, dijo Lula.
«Para entender este lugar, tenemos que escuchar a quienes ya lo conocen bien», dijo el presidente brasileño, quien subrayó la necesidad de reconocer los profundos problemas estructurales, como el hambre y la falta de agua potable en muchas partes de una región rica en biodiversidad y recursos hídricos. Con el crecimiento de la actividad criminal transnacional, la inseguridad es otro problema, dijo, añadiendo que Brasil planea establecer un Centro de Cooperación Policial Internacional en Manaus para hacer frente a la delincuencia en la región.
La Amazonia será lo que nosotros queramos que sea.
Una Amazonia con ciudades más verdes, aire más puro, ríos sin mercurio y una selva tropical en pie
Una Amazonia con comida en la mesa, trabajo digno y servicios públicos al alcance de todos
Una Amazonia con niños más sanos, emigrantes bienvenidos, pueblos indígenas respetados y jóvenes más esperanzados
Una Amazonía que despierte y tome conciencia de sí misma.
Este es nuestro sueño amazónico.
Del discurso del Presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva en la Cumbre Amazónica
Lula, que asumió el cargo a principios de año para un tercer mandato (anteriormente ejerció dos mandatos consecutivos, a partir de 2003), criticó a su predecesor por el aumento de las tasas de deforestación y destacó su propio compromiso para revertir la situación.
«Ya podemos ver los resultados», dijo. «Las alertas de deforestación en la Amazonia han descendido un 42,5% en los siete primeros meses de este año. Estamos comprometidos con la deforestación cero para 2030».
Además de Lula, participaron en la Cumbre el Presidente de Bolivia, Luis Arce; el Presidente de Colombia, Gustavo Petro; la Presidenta de Perú, Dina Boluarte, y el Primer Ministro de Guyana, Mark Phillips. La Vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, representó a su país, mientras que Ecuador estuvo representado por el Ministro de Asuntos Exteriores, Gustavo Manrique, y Surinam por el Ministro de Asuntos Exteriores, Albert Ramdin. (También asistió la Embajadora de Francia en Brasil, Brigitte Collet, en representación de la Guayana Francesa, departamento de ultramar de Francia).
Los ocho países sudamericanos pertenecen a la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA), con sede en la capital brasileña, Brasilia. Esta organización intergubernamental se creó hace 20 años para poner en práctica los objetivos del Tratado de Cooperación Amazónica de 1978. Esta ha sido la cuarta reunión de presidentes de la OTCA y la primera en 14 años.
En su intervención en la cumbre, Lula afirmó que el Tratado de Cooperación Amazónica sería la principal plataforma que utilizarían los países para afrontar juntos los retos, y subrayó la necesidad de dotar a la OTCA de recursos y de un programa de acción más amplio. La declaración presidencial emitida en la cumbre incluye un extenso apartado sobre el fortalecimiento institucional de la OTCA.
La declaración, de 113 puntos, abarca un amplio abanico de temas y aboga por una mayor cooperación en la gestión de los recursos hídricos, la protección de los bosques y la biodiversidad, la acción por el clima, el desarrollo económico sostenible, la salud, la seguridad alimentaria y la lucha contra las actividades ilícitas, como la minería ilegal, la tala ilegal y el narcotráfico. La declaración establece que la nueva agenda común de las partes observará cinco principios transversales:
La sección sobre cambio climático subraya que los países desarrollados deben cumplir sus compromisos relacionados con la financiación climática, incluido el objetivo de movilizar 100.000 millones de dólares anuales para apoyar las necesidades de los países en desarrollo. También pide que se impulsen «mecanismos innovadores para financiar la acción climática, que podrían incluir canjes de deuda por acción climática por parte de los países desarrollados».
Durante el segundo día de la cumbre, a los representantes de la OTCA se les unieron líderes de varios otros países con selvas tropicales -incluidos Indonesia, República del Congo, República Democrática del Congo y San Vicente y las Granadinas-, así como países y organizaciones asociados.
Firmaron un comunicado conjunto independiente, junto con los países de la OTCA, titulado «Unidos por nuestros bosques». En él reafirman su «compromiso con la preservación de los bosques, la reducción de los factores causantes de la deforestación y la degradación forestal, la conservación y valoración de la biodiversidad y la búsqueda de una transición ecológica justa».