Boletín de noticias de la ECPA

Planificación ante huracanes sin vueltas

miércoles, julio 08, 2020

 

Para las empresas de servicios eléctricos que operan en los países del Caribe, la planificación ante huracanes significa un esfuerzo de todo el año. Agréguese el Covid-19 a la mezcla y las cosas se tornan aún más complicadas, especialmente dado que se espera que la temporada de huracanes de este año traiga aparejada una actividad «por encima de lo normal».

«Nos enfrentamos a un desafío sin precedentes: una pandemia y una temporada de huracanes extremadamente activa prevista para 2020» afirmó Karl Cowan, Gerente de Control de Sistemas de la Compañía de Servicios Públicos de Jamaica (JPS), en un reciente seminario virtual. «En términos de análisis del sistema de energía eléctrica, a esto se lo denominaría una doble contingencia».

La temporada anual de huracanes en el Atlántico se extiende del 1ro de junio al 30 de noviembre. Este año, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos (conocida como NOAA por su acrónimo en inglés) ha estimado en un 60 por ciento la probabilidad de una temporada por encima de lo normal. Las probabilidades de una actividad casi normal e inferior a la normal son del 30 por ciento y tan solo del 10 por ciento respectivamente, según el Centro de Predicción Climática de la NOAA.

Una combinación de varios factores climáticos impulsó tal pronóstico, según explicó la NOAA en un comunicado de prensa en mayo. Estos incluyen la ausencia de las condiciones necesarias para que El Niño pueda suprimir la actividad de los huracanes, temperaturas de superficie por encima de la media en el océano Atlántico tropical y el mar Caribe y varios factores, incluida la reducción de la cizalladura vertical del viento, vientos alisios tropicales del Atlántico más débiles y un monzón más intenso en África occidental.

Si bien las empresas de servicios públicos en el cinturón de huracanes se están dando cuenta, lo cierto es que nunca dejan de prepararse para lo peor. Cuando se ven azotados por poderosas tormentas, están en la primera línea. No se trata solo de encender las luces. La energía eléctrica es esencial para las comunicaciones, el suministro de alimentos y agua, la atención hospitalaria y todo tipo de servicios vitales.

Varias empresas de servicios públicos de la región se apoyan mutuamente cuando ocurre un desastre. Este año, una coyuntura de «múltiples riesgos» ha llevado a una mayor planificación, según Cletus Bertin, Director Ejecutivo de la Corporación de Empresas de Servicios Eléctricos del Caribe (conocida como CARILEC por su acrónimo en inglés). Las autoridades regionales de salud han estado trabajando con CARILEC y otras organizaciones a fin de garantizar que todos los proveedores de diferentes servicios sigan pautas de salud adecuadas al responder a los desastres. (Léase el artículo relacionado a continuación, Dar una mano).

 

La experiencia jamaiquina

 

Al igual que en otros países de la región, en Jamaica esta vez la preparación para huracanes es más complicada. Durante un reciente seminario virtual organizado por la Comunidad de la Energía Renovable de la CARILEC, conocida como CAREC por su acrónimo en inglés (se trata de un foro de profesionales), un equipo de JPS habló sobre las implicancias del Covid-19.

 

Dar una mano

En el marco del Programa de Asistencia ante Desastres de la CARILEC (conocido como CDAP por su acrónimo en inglés), los proveedores de energía eléctrica envían trabajadores de líneas eléctricas para ayudar a otras empresas a lograr que sus sistemas de transmisión y distribución vuelvan a funcionar después de un desastre. Participa la mayoría de las empresas que forman parte de la CARILEC (27 de 33), las cuáles realizan contribuciones anuales a un fondo que posteriormente pueden aprovechar en caso de tormenta.

Las empresas que prestan apoyo cubren los salarios y el pago de horas extras de los trabajadores que envían, mientras que el Fondo CDAP se encarga de gastos tales como transporte, alojamiento y comidas de las cuadrillas de línea visitantes, sujeto a ciertos límites. Una vez alcanzados los límites establecidos, la empresa afectada cubre los gastos.

Durante la temporada de huracanes de 2017, en respuesta a los huracanes Irma y María, 203 trabajadores de empresas de electricidad ayudaron a sus homólogas en Anguila, las Islas Vírgenes Británicas y Dominica en el marco del CDAP. Dos años más tarde, después de Dorian, 49 trabajadores de línea fueron a Las Bahamas a dar una mano.

Si bien este no es necesariamente el único apoyo que reciben las empresas de servicios públicos afectadas (a menudo la ayuda también viene de lugares más lejanos), ciertamente es un «gran alivio» en un momento crítico, según Cletus Bertin de la CARILEC. «Las cuadrillas son casi héroes en las jurisdicciones que las reciben», dijo en una entrevista.

Este año, la CARILEC está trabajando en estrecha colaboración con la Agencia de Salud Pública del Caribe (conocida como CARPHA por su acrónimo en inglés) y la Agencia del Caribe para la Gestión de Emergencias (conocida como CDEMA por su acrónimo en inglés), junto con asociaciones que representan a la industria de las telecomunicaciones de la región (CANTO) y proveedores de servicios de agua y alcantarillado (CAWASA) a fin de asegurar que todos estén coordinados con respecto a los procedimientos relacionados con la pandemia.

«No puede haber sectores que sigan los protocolos y otros trabajadores de primera línea que estén haciendo las cosas de otro modo. Eso tendría poco sentido”, explicó Bertin. Un ejercicio de simulación virtual programado para finales de este mes evaluará cómo se desarrollarán los planes y procedimientos de la CARILEC y CANTO en un contexto pandémico. 

 

Incluso en épocas normales, la planificación ante huracanes es una tarea compleja que incluye numerosas variables. De hecho, tan pronto termina una temporada de huracanes, empiezan los preparativos para la siguiente, afirmó el equipo de JPS. La empresa ejecuta una larga lista de tareas durante meses que incluye gestión de la vegetación, apuntalamiento de postes, almacenamiento de materiales, capacitación de empleados y contratistas y actualizaciones tecnológicas. El último paso consiste en realizar prácticas y simulacros para asegurarse de que todo esté en marcha para el peor de los casos.

Al igual que varias empresas de servicios de la región, JPS ha tenido mucha práctica en situaciones de la vida real. Cowan hizo un repaso de la historia de la empresa con respecto a los huracanes y las tormentas tropicales de las últimas décadas, desde Gilbert en 1988 hasta Sandy en 2012, con Ivan (2004), Dean (2007), Gustav (2008) y Nicole (2010) en el medio.

Gilbert e Ivan fueron huracanes Categoría 5 que dejaron sin electricidad al 100 por ciento de la isla, pero las experiencias en cuanto al restablecimiento del suministro fueron muy diferentes. Se requirieron 120 días para que el sistema de energía eléctrica regresara a la normalidad después de Gilbert y 43 días después de Ivan. En el caso de las últimas tres tormentas, tomó entre 7 y 18 días restaurar el suministro en su totalidad, según Cowan.

Si bien cada tormenta tiene sus propias peculiaridades y desafíos, afirmó, «hemos aumentado constantemente nuestra eficiencia de restauración y estamos en constante evolución».

Se trata de planificación y disciplina: desarrollar protocolos sólidos y apegarse a ellos, especialmente cuando se está bajo presión por restablecer el suministro eléctrico después de una tormenta, explicó Charley Parchment, Gerente de Planificación de Operaciones de JPS. «La restauración en sí misma es un desafío, pero ahora, desafortunadamente, tenemos que lidiar con el Covid», afirmó.

«En el Caribe aún no hemos experimentado una restauración durante una pandemia», señaló Parchment, y agregó que la empresa está «superponiendo estrategias de mitigación del Covid en nuestros protocolos de restauración ya establecidos».

Algunas estrategias relacionadas con la pandemia ya entraron en vigor en las operaciones diarias de la empresa. Sherika Frater-Gilpin, Operadora de Sistemas de Generación de JPS, habló acerca del plan de gestión de crisis que la empresa ha implementado para hacer frente a la situación.

«Es fundamental contar con un plan sólido», afirmó. «Se implementó un plan operativo de emergencia actualizado antes del primer caso confirmado de Covid-19 en Jamaica».

En el transcurso de los últimos meses, cerca del 60 por ciento de los empleados de JPS han estado trabajando desde sus casas. A partir del 1ro de junio, cuando más personas comenzaron a regresar a la oficina, la compañía instauró nuevos protocolos para mantener la seguridad de los empleados. Estos incluyen horarios de trabajo escalonados, diferentes diseños de oficina, procedimientos intensivos de limpieza, controles de temperatura, estaciones de lavado de manos y equipos de protección personal tales como máscaras o protectores faciales.

En este contexto, la planificación de la recuperación ante huracanes se torna aún más intensa. Cuando Jamaica se prepara para un huracán, JPS normalmente aloja cuadrillas de restablecimiento del suministro de energía eléctrica en sus instalaciones para estar listos. ¿Pero qué sucedería si un integrante de la cuadrilla contrajera el Covid-19? Las pautas gubernamentales requerirían la clausura del local para realizar tareas de limpieza y la puesta en cuarentena a todos los ocupantes durante 14 días. Esta posibilidad obligó a los planificadores a rediseñar los procesos. Los protocolos revisados ​​exigen dividir al personal en más cuadrillas y alojarlos en ubicaciones separadas. De esta manera las operaciones pueden continuar aún si alguien se enferma.

Dada la situación inusual de este año, es probable que, en caso de huracán, los tiempos de restablecimiento del servicio sean más largos, afirmó Cowan. Agregó que JPS emprenderá una campaña pública de información para que las personas «ajusten sus expectativas» sobre cuándo podrían ver restablecido el suministro eléctrico.

Mientras tanto, la planificación de contingencias y los simulacros continúan. Cowan describió la tarea en las palabras del veloz atleta jamaiquino Usain Bolt: «Detrás de la escena es donde se hace todo, para llevarte a esa carrera que tienes que correr».