Boletín de noticias de la ECPA

Los efectos estimulantes de la energía limpia

martes, junio 02, 2020

 

Los países de la región han comprendido desde hace mucho tiempo que la transición hacia la energía limpia y la eficiencia energética es fundamental si desean lograr sus objetivos y compromisos ambientales. En la actualidad, están examinando otro posible beneficio de la transición energética – el papel que podría desempeñar para ayudar a estimular la recuperación económica posterior a la pandemia.

 

A medida que las economías comienzan a reabrir de manera gradual, el sector energético tiene «una oportunidad extraordinaria de reactivación y de reinvención», señaló Agustín Aguerre, Gerente del Sector de Infraestructura y Energía del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

 

Fortalecimiento de la agenda energética

El covid-19 estaba comenzando a aparecer en el radar de la región cuando los Ministros de Energía y otros funcionarios de alto nivel de 29 países se reunieron en Jamaica en febrero para la Cuarta Reunión Ministerial de la Alianza de Energía y Clima de las Américas (Véase, el reciente artículo de la ECPA Más energía de la buena en la agenda energética de la región). Menos de un mes después, la mayoría de los países habían implementado amplias cuarentenas u otras restricciones para tratar de contener la propagación del virus. Los graves efectos económicos de la pandemia que han surgido desde entonces, han hecho que la agenda energética se haga aún más urgente, según Juan Cruz Monticelli, Jefe de la Sección de Energía Sostenible de la OEA. Las prioridades que se abordaron en Jamaica, tales como la necesidad de desarrollar una infraestructura energética, crear resiliencia, crear redes eléctricas inteligentes, impulsar la movilidad eléctrica, mejorar la eficiencia energética y recurrir a fuentes de energía más limpia pueden convertirse en una «palanca de la recuperación económica», dijo él en el reciente seminario web.

Al hablar en un reciente seminario web auspiciado por el BID, la Organización de los Estados Americanos (OEA) y el Diálogo Empresarial de las Américas (ABD), La reactivación económica después del Covid-19: el papel del sector energético, Aguerre dijo que esperaba que el enfoque para avanzar fuera no solamente superar la crisis actual sino “soñar con un nuevo futuro energético para la región”.

 

Tal como lo señala Juan Cruz Monticelli de la OEA, el entorno posterior a la pandemia brindará la oportunidad de «afianzar los planes energéticos de los países, generar nuevo empleo, crear nuevas cadenas de valor y posicionar a las transiciones nacionales hacia la energía limpia en el centro de la recuperación económica y los planes de estímulo».

Los representantes de los gobiernos y del sector privado que participaron en el seminario web del 7 de mayo estuvieron de acuerdo en que el sector energético puede ayudar a impulsar el crecimiento a medida que las economías de la región vuelven a ponerse en movimiento (véase artículo relacionado en esta publicación: «La energía renovable como motor de crecimiento del empleo»).

Panamá había desarrollado una agenda de transición energética detallada muy anteriormente al inicio de la pandemia, dijo Guadalupe González, Directora de Electricidad de la Secretaría Nacional de Energía. En la actualidad, el plan es acelerar algunas de esas iniciativas, agregó ella, «para poder dar respuesta a los cientos de miles de panameños que están necesitando trabajo, que están necesitando que entre dinero en sus casas».

Entre las prioridades de Panamá: promover el crecimiento de generación distribuida, la movilidad eléctrica y la eficiencia energética, así como continuar aspirando al acceso universal a la electricidad. La resiliencia será otra área del enfoque, a medida que el país trata de mejorar su capacidad de reaccionar eficazmente no solo a la pandemia sino a otros trastornos y crisis, dijo González.

Chile también está planeando desarrollar sus planes actuales para el sector energético, basándose en una «transición energética justa», una transición que involucre a la sociedad, cree empleo y tenga un efecto positivo, según Javiera Aldunate, Jefa del Departamento Internacional del Ministerio de Energía de Chile.

Como país con un enorme potencial en energía renovable, que se estima en más de 70 veces su consumo interno, Chile ya estaba en vías de descarbonización, lo cual incluye la eliminación progresiva de las centrales eléctricas a base de carbón.  Aldunate dijo que el Ministerio de Energía está desarrollando actualmente medidas específicas para contribuir a la recuperación posterior a la pandemia, centrando su atención en tres áreas: infraestructura (identificar inversiones públicas y privadas en proyectos de energía renovable y eficiencia energética), capital humano (capacitación de la fuerza laboral para los empleos en el sector energético en el futuro) y crecimiento de la demanda del consumidor (promover el uso de energía renovable en residencias y empresas).  Otros sectores del gobierno están trabajando en medidas de apoyo adicionales, incluidos los incentivos fiscales y subsidios, agregó ella.

La idea de estos incentivos es ayudar a reactivar no solamente el sector energético sino la economía en su totalidad, observó Aldunate. «Dado el escenario de Chile, con todas sus ventajas en energías renovables, tenemos una oportunidad de oro», dijo ella.

 

Recomendaciones del sector privado

 

Para que el sector energético pueda realizar una contribución significativa a la recuperación económica, los sectores público y privado deben trabajar juntos más de cerca que nunca, según Juan Ignacio Rubiolo, un ejecutivo de AES Corporation que habló en nombre del grupo de trabajo sobre energía del Diálogo Empresarial de las Américas [American Business Dialogue].

«Si bien esta pandemia ha traído desafíos únicos, nuestro grupo cree, sin lugar a dudas, que se nos presenta una oportunidad única para ser un sector mucho más resiliente, eficiente y amigable con el medio ambiente», dijo él durante el seminario web. Rubiolo presentó varias de las recomendaciones del grupo para el proceso posterior a la pandemia.

 

  • Asegurar la liquidez del sector energético. Muchas compañías de energía han notado un fuerte descenso en el flujo de efectivo durante la desaceleración económica, debido a la disminución de la demanda y a las medidas tomadas por muchos gobiernos de permitir que el consumidor retrasara el pago de sus cuentas de electricidad (véase el artículo anterior de la ECPA, Las empresas eléctricas sienten los efectos secundarios). El Diálogo Empresarial de las Américas (ABD, por sus siglas en inglés) insta a los gobiernos a trabajar con el sector privado, con el apoyo de instituciones multilaterales, para idear mecanismos que ayuden a las compañías de energía y a sus cadenas de valor a atravesar esta situación de una manera robusta.
  • Generación de empleo mediante proyectos de infraestructura. Este es un campo en el cual el sector energético puede contribuir de forma pragmática a la recuperación, dijo Rubiolo. El primer paso debe ser actuar con rapidez, con las adecuadas medidas de precaución, para reactivar los proyectos que se encuentran en situación de espera. La segunda prioridad, dijo él, es acelerar nuevos proyectos sobre energía que ya estaban en tramitación, encontrar formas de acelerar el proceso de obtención de permisos y a la vez respetar los marcos jurídicos y regulatorios vigentes. Otras medidas incluyen invertir en eficiencia energética, adoptar nuevas tecnologías y desarrollar habilidades en el mercado laboral.
  • Implementar programas de inversión social. Las compañías deberían trabajar más de cerca con las comunidades donde las mismas operan, invertir en su éxito y crear empleos locales para que la recuperación se extienda más allá de una compañía o instalación y sea de beneficio para toda la comunidad.

 

En las palabras de clausura, el Especialista en Energía Renovable Juan Paredes destacó la importancia de asegurar que la recuperación económica vaya de la mano con una agenda verde para «poder aplanar esa otra curva de emisiones de gases de efecto invernadero».

Al señalar que la Agencia Internacional de la Energía estimó que las emisiones de CO2 podrían descender hasta un 8% para 2020 – en parte debido a la desaceleración económica relacionada con la pandemia del Covid-19 – Paredes advirtió que los programas de estímulo económico deberían evitar las soluciones intensivas en carbono. Posteriormente a la crisis del 2008, dijo él, las emisiones de carbono incrementaron a niveles sin precedentes. Sin embargo, agregó, la situación es totalmente distinta ahora, con una fuerte y competitiva industria de energía renovable.

«Entonces nos queda la lección aprendida de no repetir lo que se hizo al final de la otra crisis con los programas de estímulo», dijo él. «Queremos una recuperación, pero sostenible y que esté enfocada en los objetivos de largo plazo».