Boletín de noticias de la ECPA

Grandes oportunidades a pequeña escala

martes, octubre 13, 2020

 

El gas natural tiene algunas claras ventajas sobre el diésel o el fueloil pesado: es más limpio de quemar y menos costoso, pero no siempre ha sido una opción práctica para los países pequeños. Eso está cambiando. Las innovaciones en tecnología, los avances en logística, las inversiones en infraestructura y las potentes fuerzas del mercado se traducen en que el gas natural licuado (GNL) pueda ser económicamente viable a muy pequeña escala, lo que abre nuevas perspectivas para la generación de energía, el transporte y la industria en América Central y el Caribe.

 

Varios proyectos ya están en marcha y otros están en proceso. La primera planta energética de gas natural de América Central, la AES Colón de 381 megavatios (MW), entró en funcionamiento hace dos años en Panamá, como resultado de una inversión de 1.200 millones de dólares de la empresa AES Corporation, basada en Estados Unidos. El año pasado, la empresa inauguró una unidad de almacenamiento de 180.000 metros cúbicos en la planta para poder importar gas natural licuado de Estados Unidos en gran escala y luego revenderlo en cantidades más pequeñas a algunos de sus vecinos de la región, de acuerdo a un arreglo de “sistema de distribución radial” (“hub-and-spokes).

Otra empresa estadounidense, New Fortress Energy, está construyendo una planta de gas de 300 MW en Puerto Sandino, Nicaragua, y ya construyó otras plantas en Puerto Rico, México y Jamaica. Su última planta en Jamaica, que comenzó a funcionar a principios de este año, fue diseñada para suministrar 100 MW de energía a la empresa eléctrica local, así como 280.000 libras de vapor por hora a la refinería Jamalco, que refina la bauxita en alúmina.

Por otra parte, en El Salvador, el proyecto Energía del Pacífico constará de una central a gas de 378 MW, una unidad flotante de almacenamiento y regasificación (FSRU, por sus siglas en inglés) y una línea de transmisión eléctrica de 44 kilómetros. La empresa estadounidense Invenergy es el accionista mayoritario de ese proyecto, el cual se espera que entre en funcionamiento a fines del próximo año.

¿Qué está impulsando toda esta actividad? Por un lado, la oferta y la demanda. Estados Unidos tiene gas para vender, mientras que muchos países cercanos están buscando fuentes de energía más limpias que las que tienen actualmente. Muchos de ellos ven el gas natural como una alternativa a corto y mediano plazo, en su transición a energías renovables. (Consulte el artículo anterior, El papel del GNL en la matriz energética)

En respuesta a esas fuerzas del mercado, los países y las empresas se han esforzado por superar los obstáculos que impedían que el gas natural fuera una posible solución para las necesidades energéticas a pequeña escala. Una pieza del rompecabezas era cómo llevar el gas natural licuado a su destino de una manera económicamente viable.

Cuando no se puede distribuir por gasoducto, el gas natural se convierte en líquido a temperaturas extremadamente frías, se transporta por barco y luego se vuelve a convertir en gas para su uso como combustible. La filosofía en la industria del gas natural licuado ha tendido a ser «cuanto más grande, mejor», dijo Sean Lalani, presidente de una empresa con sede en Texas llamada Eagle LNG. En las últimas décadas, explicó, las empresas construyeron embarcaciones cada vez más grandes para transportar el gas natural licuado, lo que tenía sentido para los clientes que querían producir miles de megavatios de energía, pero no tanto para todos los demás clientes.

“En realidad eso ha hecho que el gas natural licuado sea menos accesible”, señaló Lalani en una entrevista. “Se necesitaba generar más energía en el lugar para justificar la recepción de un barco tan grande”. Las instalaciones necesarias para procesar el gas eran de gran tamaño, lo cual creó nuevamente economías de escala para los grandes actores.

Según Lalani, en los últimos años las empresas han innovado y creado mayor eficiencia en la construcción, envío, almacenamiento y regasificación de plantas. Al cambiar completamente el enfoque “más grande, mejor”, construyeron barcos más pequeños e introdujeron elementos modulares en el proceso de construcción.

“Eso realmente cambió el juego en cuanto a que pudimos ofrecer precios de gas natural licuado a escala mundial desde fuentes cercanas a mercados muy pequeños”, dijo Lalani. Su compañía está construyendo una planta en Jacksonville, Florida, que licuará gas natural, almacenará temporalmente el gas natural licuado y luego lo cargará en embarcaciones para su exportación, por ejemplo, a plantas de energía en el Caribe o en América Central.

En su destino, el gas natural licuado debe almacenarse a temperaturas bajo cero (-160 ° C) antes de volver a convertirse en gas para su uso como combustible. Una opción disponible actualmente para los usuarios finales es arrendar barcos pequeños para almacenamiento. Otra opción es construir un tanque de almacenamiento criogénico en el lugar (Lalani lo describe como “realmente una gran botella termo”) que se puede ensamblar allí mismo a partir de componentes prefabricados.

Todas las innovaciones recientes redujeron considerablemente los costos y pusieron el gas natural licuado al alcance de los mercados más pequeños, dijo Lalani. «Desbloquea toda la cadena de valor».

 

Gasoductos virtuales

 

En la más pequeña escala, el gas natural licuado puede también venderse en contenedores que se pueden transportar en camión a un determinado lugar. Eso abre la posibilidad de establecer «gasoductos virtuales» para distribuir el gas natural licuado a pequeñas centrales de energía, instalaciones industriales y estaciones de repostaje de vehículos, según Shawn Bennett, Subsecretario Adjunto de Petróleo y Gas Natural del Departamento de Energía de EE. UU.

“Dicho gasoducto virtual, que no requiere terminales de regasificación ni una red de gasoductos físicos está bien posicionada para abastecer de gas natural licuado a nuevos usuarios con un nivel limitado de inversión en infraestructura”, dijo en un reciente seminario web organizado por la Alianza de Energía y Clima de las Américas (ECPA).

El Secretario de Energía de Panamá Jorge Rivera, orador principal en el seminario web, presentó a los participantes un ejemplo concreto de su país. En la provincia de Darién, una zona apartada limítrofe con Colombia, dos pequeños pueblos que no están conectados a la red eléctrica nacional están cambiando sus sistemas de generación de energía de 4 MW y 9 MW para que funcionen con gas natural licuado en lugar de destilados de petróleo.  El gas natural licuado setransportará diariamente desde la instalación de almacenamiento de AES Colón “para producir energía de una forma más barata y ambientalmente más sostenible”, señaló él.

Señaló que los países centroamericanos que han trabajado juntos durante mucho tiempo a través de un mercado regional eléctrico, tienen una «oportunidad de oro» para desarrollar redes de distribución de gas natural licuado. El desarrollo de negocios y servicios relacionados con el gas natural licuado en la región puede brindar un impulso económico, especialmente en un período de “recuperación posterior al Covid, donde la inversión es importante”, dijo.

Por otra parte, en Panamá, la planta AES Colón y otros proyectos de generación de gas que se encuentran en la etapa de diseño son parte de la labor nacional de diversificar la red eléctrica y prepararse para el futuro. “Esa diversificación nuestra de la matriz implica la ventaja de los beneficios que nos da el gas natural licuado como un combustible de transición energética”, dijo Rivera.

Varios oradores en el seminario web llamado “Creación de un gasoducto virtual: oportunidades y obstáculos del gas natural licuado a pequeña escala en América Central” destacaron el potencial del gas natural licuado para jugar un papel de transición en sus economías.

“Es un puente hacia un futuro con energías más limpias”, dijo el Embajador Daniel Gutierez, quien representa a Belize ante el Gobierno de Estados Unidos y la Organización de los Estados Americanos (OEA). Señaló que “la Estrella del Norte de Belize apunta hacia las energías renovables», pero «no podemos llegar a donde queremos a menos que contemos con la capacidad firme que necesitamos».

Actualmente, la mayor parte de la energía renovable de Belize proviene de la energía hidroeléctrica y de la biomasa, pero ambas fuentes se han aprovechado casi hasta el límite, explicó. «Si vamos a cultivar las fuentes de energía intermitentes, es absolutamente imperativo que tengamos en cuenta la capacidad firme», señalo él.

“Esa brújula que nos dirige hacia un futuro de energía más limpia consuena bastante con el uso del gas natural licuado”, dijo Gutierez.

Aquí se presentan otras conclusiones del seminario web:

Los costos de energía más bajos pueden impulsar el desarrollo económico. Wes Edens, director ejecutivo y presidente de New Fortress Energy, señaló que la ventaja de reemplazar «la energía anticuada, demasiado cara o demasiado sucia» puede ir más allá de una electricidad más limpia. Dijo que, en Jamaica, el alejamiento del diésel y el fueloil pesado hacia el gas natural en los últimos años ha contribuido a mejorar la calificación crediticia del país y a reducir los costos de los préstamos. “Tiene repercusiones fiscales significativas en los países”, observó.

En Honduras, el suministro de energía caro y poco fiable ha limitado a través de los años las oportunidades del país de atraer grandes inversiones industriales, según Mauricio Kattan, director del Grupo Kattan, un conglomerado hondureño de propiedad familiar con intereses en la industria manufacturera y una variedad de otros sectores. La mayoría de los grandes usuarios de energía en el país producen actualmente su propia energía eléctrica y han efectuado arreglos para vender el excedente a la red eléctrica del Gobierno, señaló.  Indicó que, “aunque el combustible pesado o el diésel han sido la opción predominante, creo que es hora de considerar el gas natural licuado en pequeña escala”, dijo.

El mercado necesita seguridad. A pesar de la promesa del gas natural licuado, todavía hay «cero infraestructuras» para respaldar su uso en la industria, y quedan muchas preguntas por responder sobre cuestiones relacionadas con equipos, aspectos ambientales, seguridad, calidad, permisos y licencias, dijo Kattan. «Todo eso debe estar muy claro para que los usuarios finales se sientan cómodos al adoptar nuevas tecnologías y adoptar nuevos combustibles», dijo.

Es imprescindible contar con un marco regulatorio firme. Ariel Yépez, Jefe de la División de Energía del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), destacó la necesidad de que los países elaboren reglas de juego estables “que no cambien cada vez que hay un cambio de gobierno”.

«Esto es muy importante para que exista seguridad en el entorno de la inversión», agregó.  Aunque el BID financia algunos proyectos de energía en la región, la inversión privada y los préstamos de los bancos comerciales juegan un papel mucho más importante, según Yépez.  Señaló que “el valor agregado que podemos aportar es el apoyo a los países para que establezcan políticas y marcos regulatorios que creen condiciones para la inversión del sector privado, así como sectores energéticos fuertes”.