Las reglas propuestas para la reducción de emisiones de carbono derivadas de las plantas de generación eléctrica en los Estados Unidos ofrecen maneras innovadoras y flexibles para abordar los impactos negativos del cambio climático, según varios expertos de la ECPA.
Bajo las directrices anunciadas el 2 de junio por la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de los Estados Unidos, cada estado del país debe definir su propio camino para alcanzar ciertas metas para el año 2030, entre las cuales se incluye una reducción de 30 por ciento (sobre los niveles de 2005) de las emisiones de carbono derivadas de las plantas de generación eléctrica. Dichas plantas son la fuente singular más grande de contaminación de carbono en los Estados Unidos y representan una tercera parte de las emisiones de gases de efecto invernadero del país, según la EPA.
El Presidente Obama dijo que las reglas propuestas por la Agencia de Protección Ambiental representan “un plan sensato y orientado a los estados, que ofrece a los estados toda una gama de opciones para lograr sus metas, pero nos asegura que estamos reduciendo la contaminación de carbono que perjudica la salud de la niñez y la salud del planeta, a la vez que nos ofrece enormes oportunidades para crecer y mejorar la economía en diferentes maneras”.
Al opinar sobre el tema, varios de los especialistas en materia energética que participan en el programa de expertos de la ECPA comentaron que las reglas propuestas representan un paso positivo para los Estados Unidos así como para otros países. Dan Kammen observó que el plan permite a los estados del país implementar diferentes políticas –por ejemplo, adaptando las plantas de carbón con gas, construyendo plantas nucleares en base de nuevos diseños, incrementando la energía renovable e impulsando medidas de eficiencia y conservación, o bien aplicando una combinación de diferentes medidas.
“Es esta flexibilidad la que muy probablemente permitirá que las reglas perduren, lo cual es clave para que en este momento Estados Unidos pueda avanzar en este tema”, dijo Kammen, profesor de energía, políticas públicas e ingeniería nuclear, y director del Laboratorio de Energía Renovable y Adecuada de la Universidad de California en Berkeley.
Por su parte, Jigar Shah –director ejecutivo de Jigar Shah Consulting y fundador de SunEdison– afirmó que la nueva normativa representa “una manera reflexiva de abordar el alejamiento de los Estados Unidos del carbón”. También puso en relieve el hecho de que Estados Unidos está realizando una transición hacia más energía eólica, solar y demás fuentes renovables. Destacó que desde 2008 más de la mitad de toda la capacidad eléctrica adicional se ha realizado en base a la energía renovable y agregó que el aceleramiento de fuentes renovables y de eficiencia energética hace que las metas del Presidente Obama sean “eminentemente factibles”.
Al contribuir a “catalizar el progreso y la innovación” en tecnologías de energía renovable y en otras áreas, las directrices propuestas por Estados Unidos beneficiarán a otros países de la región, según Ana Barros, profesora de ingeniería de la Universidad de Duke. Opinó que la normativa “representa una gran oportunidad de colaboración e intercambio entre los países de la ECPA, la cual puede conducir a adelantos en materia de eficiencia energética y la diversificación de las carteras de energía renovable en Centroamérica y Sudamérica”.
Otro de los expertos, Frank Lowenstein, director adjunto de la New England Forestry Foundation, comentó que el plan de reducción de emisiones de carbono además podría darle “un renovado impulso” a las negociaciones sobre el clima, en vísperas de la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que se realizará en Lima, Perú, en diciembre.
La ECPA reúne a expertos de los sectores público y privado a fin de abordar los temas de energía sostenible y cambio climático y consolidar la capacidad de las Américas de encontrar soluciones a estos retos.