El Consejo Nacional de Energía (CNE) y la Superintendencia de Electricidad y Telecomunicaciones han trabajado con todos los actores del sector eléctrico a fin de crear las condiciones necesarias para el logro de este objetivo.
La primera etapa del trabajo realizado conllevó la adecuación del marco regulatorio en todos sus niveles –leyes, reglamentos y normativas– para promover la generación por medio de energías limpias e incentivar la inversión privada, lo cual permitió que en el año 2013 se iniciara una segunda etapa en la diversificación energética por medio de tres licitaciones:
• La primera finalizó con la firma de un contrato para proveer 338 MW por medio de gas natural a partir del año 2018;
• La segunda finalizó con la contratación de 94 MW por medio de cuatro proyectos fotovoltaicos a partir de 2016; y
• La tercera finalizó con la contratación de 12,1 MW de generación distribuida relacionada con diversas fuentes de energía renovable no convencional (11,16 MW de fuente fotovoltaica, 0,45 MW de biogás y 0,5 MW de pequeñas centrales hidroeléctricas) a partir de 2016.
Adicionalmente a lo anterior, antes de finalizar el 2015 se espera realizar una nueva licitación por 150 MW de energía que estará dirigida a proyectos con base en recursos renovables no convencionales y de participación exclusiva en mercado mayorista, esperando que los proyectos entren en operación en 2018.
Es importante mencionar que la cantidad de potencia a licitar en 2015 surgió luego de conocerse los resultados de un estudio especializado que determinó las capacidades de generación eólica y solar fotovoltaica que se pueden incluir en la matriz energética. El estudio, que se realizó con el apoyo de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), analizó la máxima generación con energía renovable no convencional que puede instalarse en el sistema eléctrico salvadoreño al mediano plazo garantizando la seguridad y confiabilidad de la red nacional y regional.
Las empresas que sean adjudicadas deberán asumir e implementar programas de desarrollo social que beneficien las familias de las comunidades vecinas al proyecto, una vez se ponga en operación la planta de generación de energía.
A continuación se presenta un comparativo de la producción energética nacional de El Salvador en 2014 (sin contar las importaciones) y la proyectada a 2018 después de que se finalicen los proyectos asociados a las licitaciones antes indicadas, así como otros proyectos que se encuentran en el plan de expansión de la generación de empresas estatales.
Como puede observarse, para 2018 se espera que el actual porcentaje de 58% de energía eléctrica de origen renovable (hidroeléctrica, biomasa, geotérmica, solar y eólica) se incremente a un 62%, y que la energía con base a combustibles fósiles se reduzca de 42 a 38%, del cual 31% sería con base a gas natural y solo 7% de la energía continuaría generándose por medio del búnker.
Finalmente, cabe mencionar que El Salvador continuará trabajando en la adecuación de la reglamentación actual para mejorar las condiciones que permitan una mayor penetración de las energías limpias con base en fuentes renovables no convencionales, así como en la transformación de su matriz energética para lograr un desarrollo sustentable.