El Diálogo empresarial de las Américas (ABD por sus siglas en inglés) -una iniciativa liderada por el sector privado y facilitado por el Banco Interamericano de Desarrollo-busca promover un diálogo de alto nivel entre líderes empresariales y gubernamentales sobre las prioridades, desafíos y oportunidades para el desarrollo económico. Algunas de las asociaciones empresariales más importantes de cada país participan activamente en el ABD, junto con empresas líderes en diversos sectores de la economía de la región.
En la última Cumbre de las Américas (Panamá, 2015), el ABD presentó a los Jefes de Estado y de Gobierno una serie de recomendaciones y propuestas de alianzas público-privadas para mejorar la infraestructura y fortalecer el comercio, facilitar recursos financieros para estimular el crecimiento y el desarrollo, promocionar la innovación y el espíritu empresarial y desarrollar el capital humano, y maximizar el potencial de los recursos energéticos y naturales de la región.
Dentro del ABD, el Grupo de trabajo de energía tiene como objetivo promover la interacción entre los sectores público y privado para capitalizar el potencial energético de la región, mejorar la competitividad, promover la integración, y fortalecer el desarrollo económico. Con ese fin, el Grupo de trabajo ha establecido cuatro prioridades energéticas:
1. Aprovechar el potencial de las energías renovables
Si bien América Latina tiene una de las mayores tasas de consumo de energía renovable del mundo, junto con la región del Caribe pueden hacer mucho más para aprovechar todo el potencial de las fuentes de energía renovables. Los beneficios de las energías renovables son numerosos e incluyen la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, la protección de los países contra la volatilidad de los precios de los combustibles, y la disminución de la presión sobre el saldo de pagos de los países que dependen principalmente de las importaciones de energía.
2. Difusión los beneficios de la abundancia energética en toda la región
A pesar de la riqueza de recursos naturales de la región, algunos países enfrentan déficits energéticos y deben depender de fuentes de energía costosas y menos respetuosas con el medio ambiente. Tener un mayor acceso a una energía más limpia y más asequible resultaría en menores costos para las empresas y los consumidores, estimularía el crecimiento económico y mejoraría los problemas socioeconómicos.
Para proveer energía a los países que más lo necesitan, un gran reto será cómo crear la infraestructura necesaria, fomentar la integración energética y desarrollar mercados de energía viables que puedan superar la brecha energética.
3. Uso de la tecnología para promover la eficiencia energética
La eficiencia energética tiene un papel esencial que desempeñar, ya que puede ayudar a que las empresas sean más productivas y competitivas, generar más empleo, aumentar la fiabilidad del sector energético y mitigar los efectos del cambio climático. Es más barato ahorrar una unidad de energía que producirla, y en América Latina y el Caribe las oportunidades de ahorro de energía son significativas.
4. Compartir las mejores prácticas
Existe una abundancia de conocimiento y experiencia energética que puede y debe ser compartida regionalmente. Contar con un mecanismo regional que formalice el intercambio de mejores prácticas y capacidad técnica para diversos sectores energéticos, por ejemplo, permitiría a todos los países (productores y consumidores de energía) tener acceso al pensamiento más avanzado en relación con la gestión energética.
En el 2016, el Grupo de trabajo de energía del ABD compartió sus recomendaciones con los Jefes de Estado y de Gobierno en el contexto de la Cumbre Energética de EE.UU.-Centroamericana-Caribe y en el Diálogo regional sobre el nexo agua-energía, organizado por la Alianza de Energía y Clima de Las Américas (ECPA).
Mientras tanto, en septiembre de este año, se llevará a cabo la Tercera reunión ministerial de la ECPA en Viña del Mar, donde los ministros de energía de la región trabajarán para avanzar en la transición energética en las Américas. Realizar la transición a fuentes de energía renovables es un esfuerzo importante a largo plazo que requerirá de los esfuerzos mancomunados de los sectores público y privado.
Con este fin, el Grupo de trabajo de energía del ABD mantendrá contacto con los gobiernos de la región durante el proceso preparatorio de la reunión ministerial, ofreciendo su experiencia en el sector privado para asesorar a los países en la búsqueda de un acceso confiable, asequible y ambientalmente sostenible a la energía implementando, políticas y marcos regulatorios que faciliten el financiamiento y la inversión en el sector energético, y el uso de tecnologías más modernas, eficientes y más limpias.
Secretaría del Diálogo Empresarial de las Américas