La cumbre —a menudo apodada la «cumbre de los tres amigos»— fue la décima de la serie que comenzó en 2005 y la segunda desde que el presidente estadounidense Joe Biden asumió el cargo hace dos años. (El proceso de la NALS estuvo en pausa durante la administración del ex presidente Donald Trump).
El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador dio la bienvenida a Biden y al primer ministro canadiense Justin Trudeau a la Ciudad de México para las discusiones trilaterales, que tuvieron lugar el 10 de enero. El día anterior mantuvo reuniones bilaterales con Biden y el día siguiente con Trudeau.
Uno de los temas de la agenda de NALS fue la necesidad de ampliar el uso de vehículos eléctricos, incluyendo el desarrollo de un plan para establecer estándares de funcionamiento e instalar infraestructura de recarga a lo largo de las fronteras internacionales de los tres países. Ese es el tipo de medida práctica que tendrá efectos a largo plazo, según José Antonio Meade, que ha ocupado distintos cargos en el gabinete de anteriores administraciones en México, incluido el de Secretario de Energía.
«Si la transición de los vehículos eléctricos va a tener éxito, en parte será porque los tres líderes se reunieron y hablaron de la necesidad de tener estándares para los cargadores», dijo Meade.
Él fue uno de los expertos de México, Canadá y Estados Unidos que intervinieron el 20 de enero en un foro organizado conjuntamente por el Consejo de las Américas, con sede en Washington, y el Instituto Mexicano del Woodrow Wilson Center, titulado «América del Norte después de la NALS: ¿Qué viene ahora?».
El moderador Eric Farnsworth, que dirige la oficina en Washington del Consejo de las Américas y la Americas Society, enmarcó la reciente cumbre como una oportunidad para reconstruir, reajustar y reequilibrar «la idea de América del Norte». Los panelistas, por su parte, parecieron coincidir en que merece la pena preservar y reforzar la relación trilateral.
«Hay muy pocos asuntos en el mundo que no se beneficien de una perspectiva norteamericana en lugar de una perspectiva bilateral o de país por país», afirmó Meade.
La amplitud de la agenda actual de NALS, dijo, ha abierto la puerta a avances concretos en asuntos específicos en lugar de centrarse sólo en los «irritantes» permanentes entre México y Estados Unidos, como la política migratoria y la seguridad fronteriza.
«Las relaciones son complicadas, sobre todo entre vecinos», afirmó. Tener una amplia gama de temas sobre la mesa, dijo, significa que los países pueden aprovechar las oportunidades para profundizar la cooperación en ciertas áreas, incluso si todavía tienen mucho trabajo por hacer en otras.
Peter Boehm, actual senador canadiense y antiguo diplomático, ofreció su punto de vista como alto funcionario canadiense responsable de la Cumbre de Líderes de América del Norte durante las cuatro primeras reuniones.
«Todo giraba en torno a la seguridad, mientras la prosperidad se iba poniendo al día», dijo, y añadió que en ese entonces no habría pensado que la agenda de hoy incluiría temas como los semiconductores, los minerales críticos, la energía limpia y el hidrógeno.
«Todos ellos son muy nuevos y están a la vanguardia de lo que ocurre en otras partes del mundo y en grandes agrupaciones comerciales como la Unión Europea, por ejemplo», dijo Boehm, quien también fue representante permanente de su país ante la Organización de Estados Americanos (OEA) de 1997 a 2001.
La ex senadora mexicana Vanessa Rubio señaló que los tres países tienen la oportunidad de cosechar nuevos beneficios y ser más competitivos como región en el entorno global actual, que describió como de disrupción post-pandémica, incertidumbre y «recesión democrática».
«Lo que me gusta pensar es que estamos en la encrucijada de un mundo que se enfrenta a nuevas oportunidades», dijo Rubio. Es importante que México, Canadá y Estados Unidos sigan poniendo en marcha políticas «para mantenernos como socios de confianza», dijo, y añadió que la intención declarada de los tres líderes de fortalecer las cadenas de suministro de América del Norte es especialmente prometedora.
La Declaración de América del Norte, emitida en la cumbre, decía lo siguiente sobre el tema: «Para impulsar la competitividad regional, los tres países tratarán de forjar cadenas de suministro regionales más sólidas, así como de promover inversiones específicas en industrias clave del futuro, como los semiconductores y las baterías para vehículos eléctricos, que serán fundamentales para avanzar en el desarrollo y la infraestructura de los vehículos eléctricos».Los gobiernos anunciaron que celebrarán el primer foro trilateral sobre semiconductores a principios de 2023, con la participación de representantes a nivel de gabinete de los tres países e importantes representantes de la industria. También coordinarán los esfuerzos de mapeo de la cadena de suministro para evaluar las necesidades insatisfechas e identificar «oportunidades de inversión complementarias».
La declaración destaca los compromisos en seis pilares: diversidad, equidad e inclusión; cambio climático y medio ambiente; competitividad; migración y desarrollo; salud; y seguridad regional.
Entre las iniciativas relacionadas con el clima y la energía anunciadas en la cumbre, según los documentos informativos oficiales, los países:
Algunos de los temas que trataron los líderes, como la competitividad, se solapan con el Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá (USMCA), que entró en vigencia en 2020. Los países tienen varias disputas activas en curso a través del acuerdo comercial (que se conoce como CUSMA en Canadá y T-MEC en México), incluida una disputa sobre las políticas energéticas mexicanas que ha estado en conversaciones para llegar a un acuerdo, con un resultado aún pendiente.
Según Luz María de la Mora, ex Subsecretaria de Comercio Exterior de México, el acuerdo comercial no formó parte de las discusiones en Ciudad de México, sino que los líderes trataron de aprovechar algunos de sus aspectos positivos. Subrayó que los tres países deben seguir trabajando en una agenda común como socios, aliados y amigos.
«No tenemos que estar de acuerdo en todos los temas, pero sabemos que los tres juntos somos más fuertes, y es de nuestro interés individual ser parte de esta región», dijo.
Louise Blais, ex diplomática canadiense de alto rango que actualmente asesora al Consejo Empresarial de Canadá, calificó la cumbre de «optimista» y animó a la comunidad empresarial y al mundo académico a ayudar a «cambiar la narrativa» sobre la relación norteamericana hacia una más positiva.
«Los medios de comunicación se han centrado demasiado en la cuestión de la frontera, en la seguridad, en cosas que no funcionan», dijo. «Creo que tenemos que competir con eso».
Un buen seguimiento será clave para avanzar en los acuerdos alcanzados en Ciudad de México y hacer progresar la relación trilateral, dijo Earl Anthony (Tony) Wayne, ex Subsecretario de Estado de EE.UU. para Asuntos Económicos y Empresariales y ex Embajador en México.
«No vamos a poder alejarnos el uno del otro», dijo refiriéndose a los tres países. «Aunque no estemos de acuerdo en todo, tenemos que trabajar juntos».