Según la Agencia Internacional de Energía (IEA por sus siglas en inglés), Chile es el quinto mayor consumidor de energía de América Latina. Sin embargo, es un pequeño productor de combustibles fósiles y por tanto, dependiente de las importaciones de energía. Para fortalecer la seguridad energética y mejorar la competitividad, el gobierno está implementando un programa de energía basado en siete pilares estratégicos que contemplen acciones prioritarias en el corto, mediano y largo plazo. Esta ‘hoja de ruta’ se desarrolló a través del diálogo entre múltiples y diversos actores sociales, representantes políticos, parlamentarios, empresarios y académicos que analizaron conjuntamente el panorama energético de la nación.
Pilar 1: el nuevo rol del estado para el desarrollo de la energía: los desafíos energéticos nacionales requieren de un gobierno proactivo que participe en la planificación, regulación y gestión energética. Las medidas propuestas prevén el fortalecimiento de la Secretaría de Energía, incorporando nuevas Secretarías Regionales Ministeriales en todas las regiones del país; la modernización de la Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC); el desarrollo de una política energética estatal validada mediante consultas sociales, políticas y técnicas, así como una mayor innovación en ciencia y energía.
Pilar 2: reducción de precios de la energía: este pilar trata de proporcionar una mayor competencia mediante la inyección de nuevos actores energéticos en el mercado, el fomento de la diversificación de la tecnología, y una mayor participación de los recursos no convencionales de energía renovable. Las medidas propuestas incluyen la mejora de la regulación de las ofertas de suministro a clientes regulados y la promoción del uso de Gas Natural Licuado (GNL) como sustituto del diésel para la generación de electricidad. En este sentido, en la última licitación de suministro eléctrico, se recibieron 17 ofertas con una sustancial disminución en el precio, comparado a las últimas licitaciones, que en varias oportunidades, se declararon desiertas.
Pilar 3: desarrollo de recursos energéticos locales: la Agenda de Energía busca fomentar la diversificación de la matriz energética y la sostenibilidad mediante el impulso a las Energías Renovables No Convencionales, como la solar, eólica e hidráulica. Esta estrategia impulsará la creación de un nuevo mercado en energía renovable, autosuficiente y socialmente inclusivo.
Pilar 4: conectividad para el desarrollo de la energía: ampliar la conectividad requiere del establecimiento de un marco regulatorio que permita el transporte adecuado de la energía (Transmisión troncal y Subtransmisión), y la adaptación de la Operación de Sistemas Interconectados para la introducción eficiente y segura de la energía renovable no convencional. Es importante destacar que el Ministro de Energía firmó el decreto que fija el plan de expansión 2014 – 2015, que establece, entre otras obras, la Interconexión de los dos sistemas eléctricos más importantes del país, como el SIC y el SING.
Pilar 5: un sector energético eficaz centrado en el consumo: los sectores de la industria y la minería consumen el 39% y el 67% de la energía y de la electricidad del país. La nueva Agenda contempla una nueva Ley de Eficiencia Energética, despliegue de proyectos de eficiencia energética, apoyo municipal para la gestión de la energía y desarrollo de campañas y programas educativos.
Pilar 6: promoción de la inversión en energía: habilitar la inversión en el sector energético y la integración de nuevos actores y tecnologías, facilitarán la transición hacia una oferta más asequible, confiable y sostenible.
Pilar 7: participación ciudadana y manejo de tierras: el sector energético requiere de un plan que identifique alternativas que faciliten las condiciones para el desarrollo de iniciativas bajo un enfoque participativo e inclusivo.
El nuevo programa chileno de energía busca fundamentalmente facilitar la inversión, aumentar la competencia en el sector, y mejorar las relaciones con las comunidades.