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Camino a la recuperación de un parque nacional en Dominica

miércoles, julio 14, 2021
Hace casi cuatro años, el huracán María causó graves estragos en Dominica, la autodenominada Isla de la Naturaleza. La tormenta, que golpeó a la isla con la voracidad de un huracán Categoría 5, provocó decenas de muertes, aplastó estructuras, arrancó árboles de raíz y deshojó a los que quedaron de pie. Hoy en día, Dominica es tan verde como antes. De lejos, dice un funcionario forestal, los bosques del Parque Nacional Morne Trois Pitons se parecen mucho a los de antes de María. Pero al observar los árboles de cerca, resulta evidente que la naturaleza necesitará más tiempo para recuperarse por completo.

 

La semana pasada, el agente forestal asistente Cyrille John recorrió el sendero Emerald Pool Trail para verificar si el huracán Elsa —primera tormenta atlántica de la temporada 2021 en convertirse en huracán Categoría 1— había causado algún daño. Dominica no se hallaba en el camino directo de Elsa, sin embargo los extremos laterales de la tormenta causaron fuertes vientos en la isla, y en su caminata, John pudo observar ramas caídas en el lecho del bosque que se habían desprendido de la copa de los árboles.

Algunos de los árboles que quedaron de pie después de María son más vulnerables de lo que parecen, dijo en una entrevista telefónica. «Todavía están vivos, pero si tuvieran que padecer el impacto directo de un Categoría 1, se caerían».

Cuando alguien se encuentra con árboles de 30 metros en una selva tropical, puede asumir que sus raíces son profundas, pero ese no es el caso, según John. Explicó que gran parte de las raíces yacen en los lados y que los árboles dependen unos de otros para mantenerse estables. Compara al bosque con la muchedumbre.

«Cuando te paras solo, eres vulnerable. Pero cuando te paras en medio de una multitud, la multitud te da cierto grado de protección. El mismo concepto se puede aplicar al bosque, donde los árboles circundantes le brindan protección a las arboledas que se hallan en ese espacio».

Si bien los bosques de Dominica aún no han vuelto a la normalidad, el ritmo de recuperación de la naturaleza ha sido «notable», dijo John, quien se ha desempeñado en la División Forestal del Ministerio de Medio Ambiente durante tres décadas y en la Unidad de Parques Nacionales durante un tercio de ese tiempo. Después de María, afirmó, era como si la isla hubiera sido bombardeada.

«La mañana después del huracán María fue muy, muy, muy desgarradora. Se veía a Morne Trois Pitons y era como si Dominica estuviera desnuda. Podía verse cada valle, cada grieta, cada roca. Podía verse todo y el alcance de la devastación».

En una nación donde aproximadamente el 60 por ciento de la tierra está cubierta de bosques, muchas áreas quedaron completamente defoliadas. «Es como si un enjambre de langostas descendiera sobre el bosque y se comiera todas las hojas», dijo John. Después de María, por primera vez en su vida, pudo pararse en su porche en la comunidad de Salisbury, en la costa occidental de la isla, y ver a los loros salvajes buscar comida porque ya no podían encontrar frutas y semillas en su hábitat normal. Eventualmente, los loros regresarían a la selva tropical.

 

Parque de categoría mundial

 

Ubicada en la cadena de islas de barlovento del Caribe oriental, Dominica es una nación pequeña y montañosa con una población aproximada de 72.000 habitantes y una superficie de 750 kilómetros cuadrados, de los cuales cerca del 20 por ciento está protegido por la ley.

El Parque Nacional Morne Trois Pitons —el nombre, que significa montaña de tres picos, proviene del francés Créole— es el más grande de los tres parques nacionales de Dominica. Fue fundado en 1975, y en 1998 la UNESCO lo declaró Patrimonio de la Humanidad. El sitio web de la UNESCO lo describe de esta manera:

Un frondoso bosque tropical se mezcla con características volcánicas de gran interés panorámico y científico en este parque nacional centrado en el volcán Morne Trois Pitons, que se eleva a 1.342 metros. Con pendientes empinadas, valles estrechos, 50 fumarolas, aguas termales, tres lagos de agua dulce, un «lago hirviente», cinco volcanes repartidos en las 7.000 hectáreas del parque y la diversidad biológica más rica de las Antillas Menores, el Parque Nacional Morne Trois Pitons presenta una combinación única de características naturales de valor para el Patrimonio Mundial.

Cuando los niños no asisten a clases durante el período estival, como ahora, partes de Morne Trois Pitons son zonas famosas para nadar e ir de picnic. Durante los meses de octubre a enero, que en épocas normales coinciden con la temporada alta de cruceros, la zona también atrae a muchos visitantes internacionales.

La experiencia de visitar el parque Morne Trois Pitons aún no es la misma que antes de María. El huracán dañó la cubierta selvática, y muchos árboles perdieron la totalidad de sus copas. Ahora la luz del sol llega mucho más al lecho del bosque debido a la pérdida de cubierta vegetal. En algunos trechos a lo largo de los senderos se observa una abundancia de pasto navaja que, como su nombre lo indica, puede ser peligroso para las piernas de los excursionistas.

John considera que la recuperación de la espesa y cerrada estructura que la cubierta vegetal del bosque solía poseer podría demorar una década. Aún así, afirmó que el bosque ha vuelto a funcionar como ecosistema.

Los científicos afirman que, a causa del cambio climático, tormentas como el huracán María serán más frecuentes y más severas. Los funcionarios del parque están analizando cómo pueden adaptarse a esta nueva realidad, ya sea fortaleciendo los techos de las estructuras dentro de los parques nacionales o mejorando el drenaje en áreas en las que ocurrieron grandes deslizamientos de tierra.

«Todo lo que se pueda adaptar será adaptado», según John. Sin embargo, agregó que «en lo que respecta a la vegetación, hay muy poco que podamos hacer en términos de adaptación».

Por su parte, el bosque está arduamente avocado a su propia restauración. La tormenta dejó una gran cantidad de hojas muertas en el lecho del bosque que han estado descomponiéndose rápidamente debido a las altas temperaturas y porcentajes de humedad de Dominica. Los árboles han podido absorber los nutrientes para hacer crecer nuevas ramas y hojas y «devolverle a Dominica al paraíso verde del Caribe», como dijo Cyrille John.

«Es alentador que de la destrucción que ha ocurrido en el bosque, el remedio para su recuperación surja justamente de esa destrucción», dijo.