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Camino a la COP26: líderes regionales dialogan sobre la acción climática en las Américas

miércoles, septiembre 15, 2021
A menos de dos meses de la conferencia climática mundial conocida como COP26, los países de América Latina y el Caribe se comprometieron a intensificar sus ambiciones climáticas en un momento en el que luchan por recuperarse de los azotes de la pandemia. Enfatizaron que la recuperación económica y la acción climática deben ir de la mano y que los países en desarrollo necesitan soluciones creativas para abordar la crisis climática sin ahogarse en más deudas. «Necesitamos justicia social ambiental, que es el nuevo nombre para el desarrollo en nuestra región», señaló desde la Argentina Alberto Fernández, Presidente del país anfitrión que organizó el evento junto con Barbados, Chile, Colombia, Costa Rica, Panamá y la República Dominicana.

 

El Diálogo de Alto Nivel sobre Acción Climática en las Américas, convocado en forma virtual el 8 de septiembre, contó con la participación de 21 países de la región. Hablaron ocho jefes de gobierno, el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, y el Enviado Presidencial Especial de Estados Unidos para el Clima, John Kerry, junto a numerosos ministros de gobierno de la región y representantes de organismos internacionales.

Fue difícil ignorar la sensación de que el tiempo se está acabando, en primer lugar porque la 26ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26) está próxima a comenzar. El evento se llevará a cabo en Glasgow, Escocia, del 31 de octubre al 12 de noviembre.

Pero en términos más generales, la urgencia tiene que ver con la propia crisis climática. «El momento de actuar es ahora», dijo Fernández, hablando desde el Museo del Bicentenario de Buenos Aires. «El reloj de la destrucción planetaria no se va a detener, al menos que construyamos un nuevo paradigma de desarrollo».

John Kerry subrayó la necesidad de «mantener 1,5 grados vivo». Al señalar que 20 de las economías del mundo son responsables de aproximadamente el 80% de las emisiones mundiales, advirtió que muchas de ellas aún deben asumir los compromisos necesarios para limitar el calentamiento global a 1,5 grados Celsius por encima de los niveles preindustriales.

«Si esos países no hacen lo suficiente, estarán condenando al resto del mundo con sus acciones o con sus omisiones, según sea el caso», afirmó Kerry. Mientras tanto, los desastres siguen sucediendo, desde inundaciones y sequías hasta incendios y deslizamientos de tierra, desde el calentamiento de los océanos hasta el derretimiento de los glaciares.

«La evidencia —la madre naturaleza nos responde, nos grita— está enviando mensajes todos los meses, todas las semanas, casi todos los días, de que no estamos haciendo lo suficiente, que no estamos tomando la delantera», dijo Kerry.

 

«Triple amenaza»

 

Los países enfrentan «la triple amenaza del COVID-19, el cambio climático y la deuda». Estos problemas no pueden ser vistos en forma aislada, sostuvo Guterres, Secretario General de la ONU. «En 2021, es fundamental alinear los paquetes de recuperación del COVID-19 con el objetivo de 1,5 grados de temperatura y promover la resiliencia frente a las consecuencias del cambio climático», dijo.

Guterres enfatizó que «la arquitectura internacional de financiación del desarrollo debe ofrecer opciones que vinculen la acción climática con la sostenibilidad de la deuda a fin de crear puestos de trabajo y aliviar las dificultades de la deuda».

El Secretario General también pidió más apoyo a las medidas de adaptación. Señaló que se asignó solamente el 21% de la financiación climática a este tema, agregando que «las naciones desarrolladas deben cumplir con la agenda de solidaridad».

«Necesitamos un plan creíble para cumplir con el compromiso de US$100 mil millones hecho hace más de una década», dijo, y agregó que esto debería hacerse antes de Glasgow, «para restaurar la confianza».

La deuda estaba en la mente de varios líderes que hablaron en la conferencia. Los países en desarrollo necesitan un alivio del «endeudamiento tóxico», sobre todo por el «estrés sanitario y ecológico» que están atravesando, dijo Fernández. Pidió plazos de pago más largos, tasas de interés más bajas y canjes de deuda por cambio climático, entre otras medidas.

«Necesitamos repensar el sistema de calificación crediticia para no castigar a los países vulnerables que ya afrontan las consecuencias del cambio climático», afirmó.

Haciéndose eco de su homólogo argentino, el Presidente de Colombia, Iván Duque, dijo que es hora de que las instituciones multilaterales de crédito creen mecanismos innovadores para conmutar o condonar la deuda a cambio de avances en materia climática. «Esto es importante por el contexto que se vive en América Latina de limitada capacidad fiscal para atender las emergencias derivadas del COVID-19», afirmó.

La Primera Ministra de Barbados, Mia Amor Mottley, hizo una apasionada súplica, en nombre de los pequeños estados insulares, para que se ofrezcan más subvenciones y préstamos en condiciones favorables, y agregó que muchos países sencillamente carecen del espacio fiscal para solicitar más préstamos.

«Nosotros, que somos los más vulnerables, los más afectados, con la menor capacidad, debemos recibir apoyo, no como si fuéramos los mendigos del mundo en desarrollo, sino como aquellos que ven sus perspectivas de desarrollo comprometidas y erosionadas por los demás», argumentó.

Hurracán María en Dominica

Mottley describió la destrucción que padecieron varios países del Caribe en los últimos años, cuando un huracán tras otro arrasó hogares y escuelas y suprimió los logros en materia de desarrollo alcanzados con tanto esfuerzo. Señaló que no se trata solamente de cada evento catastrófico individualmente, sino del daño a los arrecifes de corales, la pérdida de recursos pesqueros, la erosión de las playas en las economías dependientes del turismo, la aridez del suelo.

«Amigos, en estos estados insulares que reflejan una imágen de perfección, lamentablemente padecemos estrés y escasez hídrica al igual que el África subsahariana», dijo la Primera Ministra.

«Como líderes de América Latina y el Caribe, es nuestro deber para con nuestra gente, nuestra región y nuestro planeta, adoptar las decisiones necesarias y darle seguimiento a esas decisiones con acciones que generen cambios positivos en las vidas y los medios de subsistencia de las personas y las naciones que hoy en día están padeciendo las peores consecuencias del cambio climático», dijo Mottley. «Es nuestra responsabilidad moral asegurarnos de que, incluso con el impacto de la pandemia del COVID-19, diseñemos una recuperación ecológica, resiliente e inclusiva».

Al igual que las islas del Caribe, Centroamérica también ha visto un impacto climático cada vez más «radical», que coloca a la región en «un ciclo perverso de reconstrucción» a partir de tormentas recurrentes, dijo el Presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado. Los daños van mucho más allá del impacto físico más visible, dijo, ya que un huracán puede no solo arrasar los cultivos de los agricultores, sino también destruir el estilo de vida rural de una zona y alentar más migración.

«¿Qué tiene que cambiar para que nosotros, como humanidad, nos salvemos y salvemos al planeta?» preguntó Alvarado. Señaló que en un momento en que el cambio climático está poniendo en peligro la supervivencia del mundo, el gasto militar mundial ha ido en aumento. «No tiene sentido», dijo.

Ningún rincón de la región se libra del impacto climático. «En el Ecuador, el cambio climático ha exacerbado la vulnerabilidad del país», dijo el Presidente Guillermo Lasso. Por ejemplo, agregó, se necesitan medidas de adaptación en las zonas costeras del Ecuador, debido al aumento de la temperatura del agua, la acidificación de los océanos, el retroceso de las costas y la falta de protección frente a eventos meteorológicos extremos.

Con demasiada frecuencia, son los sectores más pobres de la población los más afectados y los que más sufren, si bien son «los que menos contaminan», dijo el Presidente de la República Dominicana Luis Abinader.

«Ha llegado la hora de actuar, pero de hacerlo juntos. El mundo no puede esperar más. Islas como la nuestra no pueden esperar más».

 

Camino a Glasgow

 

Reunión informativa virtual para actualizar los preparativos de la COP26 en Glasgow

Durante la sesión de apertura titulada «Camino hacia Glasgow. Mejorando la ambición climática», los líderes señalaron que sus países no causaron el problema climático —en algunos casos, representan una fracción del 1% del total de las emisiones mundiales— pero están decididos a formar parte de la solución y fortalecer la cooperación regional en este tema.

Dado que el cambio climático es un fenómeno mundial que impacta a todos, «combatirlo y controlarlo requiere una respuesta conjunta para disminuir las causales y sus efectos», señaló el Presidente del Paraguay, Mario Abdo Benítez.

Los líderes destacaron las medidas que están adoptando sus países a fin de reducir las emisiones y adaptarse al impacto del cambio climático, y detallaron algunos de los ambiciosos compromisos que han asumido a través de sus actualizadas «contribuciones determinadas a nivel nacional», que establecen los objetivos de cada país y los planes para alcanzarlos. Detallaron una serie de iniciativas, desde la inversión en energía renovable y la promoción de vehículos eléctricos hasta la adopción de soluciones basadas en la naturaleza para proteger los océanos, preservar la biodiversidad y detener la deforestación.

Vista aérea de la deforestación en un bosque

«Todos debemos reconocer que la relación entre el clima, la biodiversidad, la economía y los medios de vida está entrelazada», dijo Alok Sharma, presidente de la próxima COP26. «Sabemos que un clima cambiante contribuye a la pérdida de biodiversidad, ya que los hábitats están amenazados. A su vez, la pérdida de biodiversidad contribuye al cambio climático, ya que se destruyen los sumideros de carbono. Por ende, nuestro trato hacia la naturaleza presenta peligros y riesgos muy graves para nuestras economías y medios de vida».

Si no se lo controla, el cambio climático tendrá «un impacto económico catastrófico», dijo Sharma. «El costo de la inacción es muchísimo mayor que el costo de la acción».

Lograr la neutralidad de carbono es «un desafío ético que tiene importantes implicancias económicas, sociales y ambientales», afirmó la Ministra de Medio Ambiente de Chile, Carolina Schmidt, quien fuera presidenta de la COP25 celebrada en 2019. Señaló que las inversiones realizadas en acción climática no solo producirán beneficios económicos, sino que mejorarán la salud y la calidad de vida de las personas.

«No existen dos caminos hacia el desarrollo sustentable», señaló Schmidt. «Existe solo uno y este es con una acción climática ambiciosa».

El Diálogo de Alto Nivel también incluyó cinco paneles de debate acerca de una variedad de temas: mecanismos innovadores para medios de implementación, cooperación regional, el sector privado en la acción climática, resiliencia costero-marina y naturaleza y clima. (La conferencia está disponible en YouTube en inglés y español).

Los compromisos que se harán en Glasgow podrían representar la última oportunidad para que la próxima generación pueda heredar un planeta saludable, dijo el Presidente de Panamá Laurentino Cortizo, quien calificó la próxima conferencia climática como «tal vez la reunión más importante desde la segunda guerra mundial para evitar una catástrofe de proporciones globales».

«Esa reunión no puede fracasar. Esa no es una opción», dijo Cortizo.

Lo que se necesita para enfrentar el momento, dijo Alberto Fernández, de la Argentina, es la participación comprometida y coordinada de los países prestatarios y prestamistas, las instituciones financieras internacionales y el sector privado.

«Se trata de escuchar el clamor de nuestra tierra y el clamor de nuestros pueblos», dijo. «Glasgow nos espera».