Las conversaciones en torno al clima actualmente sostenidas en París están lejos de ser una cuestión abstracta para los países del Caribe. Dominica por ejemplo, fue golpeado por Erika, una poderosa tormenta tropical que dejó muerte y destrucción a su paso el 27 de agosto de este año. El Banco Mundial y el gobierno de Dominica han estimado la pérdida y los daños totales de esta tormenta en (US) $ 483 millones, equivalente a 96 por ciento del PIB.
En cuanto a los impactos del cambio climático se refieren, los países del Caribe hablan “no de tragedias en proceso pero de tragedias ya entre nosotros,” explicó durante una entrevista Hubert Charles, Embajador de Dominica ante la OEA y los Estados Unidos.
Más de 150 países se han dado cita en París este mes para la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP21), en un esfuerzo por forjar un acuerdo que limite las emisiones de Carbono y mantener el calentamiento global a dos grados Celsius por encima del promedio de niveles pe-industriales-límite que ha sido identificado como necesario para prevenir una catástrofe. Con el eslogan “1.5 para permanecer vivos,” las naciones del Caribe han argumentado que el mundo necesita establecer metas aún más ambiciosas.
Las consecuencias del calentamiento global incluyen aumento del nivel de los océanos, sequías y tormentas más fuertes y frecuentes, entre otras. El Presidente de los Estados Unidos Barack Obama se reunió en París con algunos líderes de estados insulares, entre ellos el Primer Ministro Freundel Stuart de Barbados. “Crecí en una isla y comprendo tanto la belleza como la fragilidad de los ecosistemas insulares,” dijo Obama, nacido en Hawái, quien resaltó que las poblaciones insulares “están entre las más vulnerables frente a los estragos del cambio climático.”
Los estados insulares en vías de desarrollo contribuyen poco al cambio climático, emitiendo menos que el 1 por ciento de los gases de efecto invernadero, “pero sus efectos nos afecta de manera desproporcionada,” dijo el Primer Ministro Stuart en una intervención reciente. “Esto se debe a nuestras características intrínsecas tales como terreno reducido, limitada base de recursos, dependencia del comercio exterior, alta vulnerabilidad a choques económicos externos y desastres naturales, y capacidad restringida para mitigación y adaptación.”
En Paris, el Primer Ministro Stuart apeló por un mayor acceso a financiamiento de bajo costo para pequeños estados insulares para “fortalecer la resiliencia al cambio climático.”
Debido al endeudamiento de muchos estados insulares y la regularidad e incremento de la intensidad de las tormentas, los países del Caribe quieren el establecimiento de un sólido régimen de asistencia que ayude con la reconstrucción. Dominica, por ejemplo, está enfrentando el reto de encontrar $483 millones para recuperarse de Erika. “Aturde la mente,” dijo el Embajador Charles.