El principal atractivo de la energía geotérmica es que es tanto renovable como confiable. Se trata de una fuente de energía constante que no depende de combustibles fósiles, ni del sol, ni del viento, ni de la lluvia puesto que proviene del calor interno de la corteza terrestre.
El principal inconveniente es que la exploración geotérmica puede llevar muchos años y costar mucho dinero, sin garantía de éxito. Sin embargo, en estos días el financiamiento verde está mitigando algunos de los riesgos iniciales y está haciendo que esta fuente de energía sea más atractiva para los inversores.
He aquí una descripción general del desarrollo geotérmico en América Latina y el Caribe:
Para los países del Caribe con recursos geotérmicos viables, entre los que se incluyen Grenada, Saint Kitts y Nevis, Santa Lucía y Monsterrat, esta fuente de energía puede convertirse en una alternativa competitiva al diésel a la hora de generar electricidad, según cuenta Tessa Williams-Robertson, Directora de la Unidad de Energía Renovable y Eficiencia Energética del Banco de Desarrollo del Caribe (BDC).
“Esperamos que sea un desarrollo transformador”, dijo Tessa Williams-Robertson. También añadió que comenzar un proyecto geotérmico es, por supuesto, “una propuesta cara”, sobre todo en mercados pequeños y aislados. “Existe la necesidad de poner sobre la mesa recursos de carácter concesionario tanto para mitigar riesgos como para reducir el costo para el consumidor final”, explicó en una entrevista por teléfono.
Con el fin de apoyar la actividad geotérmica en varios países, el BDC está trabajando con varios socios, entre los que se encuentran el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) a través de su Facilidad de Energía Sostenible para el Caribe Oriental, la Unión Europea a través de su Facilidad de Inversión del Caribe y los Gobiernos de Nueva Zelandia y Reino Unido. Por su parte, el Banco Mundial está tomando la iniciativa en Dominica y Santa Lucía, y otras organizaciones, como la Iniciativa Clinton para el Clima, están ofreciendo asistencia en las fases críticas de los proyectos.
“Estamos intentando trabajar todos juntos para lograrlo,” afirmó Tessa Williams-Robertson. También dijo que las subvenciones han hecho posible ofrecer asistencia técnica y legal en las etapas preparatorias para que los países tengan los recursos necesarios para realizar los estudios de impacto social y ambiental, por ejemplo, y negociar acuerdos energéticos con entidades privadas.
En el Caribe y en otras partes de las Américas, el financiamiento en condiciones concesionarias a través de grandes fondos internacionales para el clima está reduciendo el riesgo de inversión y haciendo que los proyectos geotérmicos sean más viables. Hay mecanismos de financiamiento que ofrecen “subvenciones contingentes” para la exploración energética. Si la perforación exploratoria tiene éxito, las subvenciones se convierten en préstamos, con un período de gracia suficiente para que el proyecto entre en su etapa productiva. En caso contrario, estos recursos son considerados como no reembolsables.
México anunció un mecanismo de financiamiento de este tipo en julio, en el Quinto Congreso de Energía Geotérmica para América Latina y el Caribe (GEOLAC 2018), que se celebró en Ciudad de México. Este mecanismo, que será implementado por el BID, ofrecerá más de 50 millones de dólares en financiamiento del Fondo de Tecnologías Limpias para fomentar la perforación exploratoria en determinadas zonas geotérmicas de México.
La energía geotérmica es un componente clave en la transición gradual de México hacia fuentes de energía renovable, y el país espera añadir 750 MW de capacidad para 2030, según informó Michelle Ramírez, Directora de Geotermia de la Secretaría de Energía de México. Si bien los bajos precios de las energías solar y eólica pueden complicar la competitividad de la energía geotérmica, unos mecanismos de financiamiento bien diseñados ayudan a que muchos proyectos sean viables, dijo Michelle Ramírez.
Los abundantes recursos de México hacen que el desarrollo de la energía geotérmica sea un paso lógico y estratégico para expandir la capacidad energética, explica Michelle Ramírez. También afirmó que aunque las fuentes solar y eólica no contribuyen lo suficiente a la red de suministro eléctrico como para preocuparse de su naturaleza intermitente, es posible que eso cambie en el futuro.
“Antes de que tengas problemas de intermitencia, tienes que empezar a invertir en proyectos geotérmicos. Es un tema de seguridad energética. Es un tema de planeación estratégica. Y también es un tema de política pública”, dijo Michelle Ramírez durante una entrevista, y señaló además que un proyecto geotérmico puede tardar seis años o más en dar resultados.
México ha estado sentando las bases para la expansión geotérmica desde hace varios años. En 2014 se decretó la Ley de Energía Geotérmica, que establecía como prioridad el desarrollo de este tipo de recurso energético y creaba un claro marco legal para la industria.
El desarrollo geotérmico, una vez dominio exclusivo de la Comisión Federal de Electricidad, está abierto ahora al sector privado. Hace cuatro años México estableció el Centro Mexicano de Innovación en Energía Geotérmica, conocido como CeMEIGeo. Este centro se creó para reunir a los representantes del sector con miembros de la comunidad académica y para promover y acelerar el desarrollo geotérmico en el país.
En Chile el Ministerio de Energía convocó la Mesa de Geotermia, un proceso de diálogo de 18 meses que juntó a representantes de los sectores público y privado con instituciones académicas y de investigación para analizar las perspectivas del país en materia de energía geotérmica. El informe final de este proceso, publicado el mes pasado, analiza varios escenarios para el desarrollo y la inversión de capital y estima que la capacidad potencial podría alcanzar los 3800 MW. La previsión de alcance medio que se podría desarrollar en los próximos años sería de 600 MW para 2030 y otros 1500 MW para 2050.
Las propuestas del informe, aunque no sean vinculantes, servirán de insumo para los futuros planes energéticos del Gobierno, explica Gabriel Prudencia, Jefe de la División de Energías Renovables en el Ministerio de Energía de Chile.
Actualmente, la energía geotérmica representa una porción minúscula de la generación de electricidad en Chile, un 0,1 por ciento en 2017 según las cifras ofrecidas por Gabriel Prudencia. A pesar del “inmenso potencial”, las condiciones actuales del altamente competitivo mercado privado de energías renovables del país han “sin duda planteado ciertos desafíos para proyectos geotérmicos”, afirmó Gabriel Prudencia en una entrevista, aunque también señaló que las condiciones del mercado siempre están cambiando.
Gabriel Prudencia enfatizó que la energía geotérmica no es la única solución limpia a las fuentes tradicionales de energía. Agrega que vale la pena seguir explorando los sistemas de almacenamiento de energía, al igual que la gestión de la demanda y las conexiones de redes a países vecinos.
Por su parte, El Salvador planea seguir impulsando al máximo la energía geotérmica y ya está perforando pozos exploratorios en un tercer enclave en el país. A diferencia de Chile, el desarrollo de la energía geotérmica es responsabilidad de la compañía estatal LaGeo.
La industria geotérmica tuvo sus inicios en el país en la década de 1970 con tecnología japonesa. En los años posteriores, El Salvador desarrolló una extensa capacidad técnica propia, según José Luis Regalado, Gerente de Electricidad en la Superintendencia General de Electricidad y Telecomunicaciones. Regalado agregó que El Salvador cuenta ahora con un centro de formación en energía geotérmica para participantes de otros países de América Latina.
Regalado afirmó que El Salvador tiene buenos sistemas preparados para todo el proceso geotérmico, incluidos la perforación exploratoria de pozos, el seguimiento de pozos de producción y de reinyección y el mantenimiento de la tasa de producción de vapor. Añadió también que la energía geotérmica “es quizás el recurso de mayor abundancia y el recurso natural que mejor se conoce”.