Chile es el líder indiscutido de la región en materia de desarrollo del hidrógeno, según el índice, seguido por Costa Rica y Brasil (léase el artículo anterior, Chile opta por el hidrógeno verde). Les siguen Argentina, Colombia y Uruguay, que muestran altos niveles de actividad, y luego Trinidad y Tobago, México y Perú.
El índice de la economía del hidrógeno se presentó en abril en el Congreso del Hidrógeno para América Latina y el Caribe (H2LAC 2021), organizado por New Energy Events y el Banco Interamericano de Desarrollo. New Energy Events se asoció con Hinicio, una empresa consultora especializada en la energía del hidrógeno, a fin de desarrollar el índice.
New Energy Events presentará un programa de capacitación de liderazgo de cuatro partes, patrocinado en parte por la Alianza de Energía y Clima de las Américas (ECPA), sobre cómo consolidar las bases para producir, usar y exportar hidrógeno.
Durante la conferencia el director ejecutivo de Hinicio, Patrick Maio, explicó que la idea consiste en crear una serie de indicadores cuantitativos y cualitativos que brinden una imagen del estado actual del mercado del hidrógeno en la región y que evalúen su crecimiento cada año mirando hacia el futuro. Respondiendo a una pregunta de la audiencia, afirmó que el índice se propone medir el progreso y que no busca alentar la competencia.
«De igual forma», agregó, «creo que es muy interesante que los funcionarios de alto nivel de todos los países tengan en cuenta lo que sus pares están haciendo bien, en qué casos están progresando más rápidamente y que intenten alentar la cooperación. Es por eso que prefiero hablar de cooperación regional más que de competencia».
Más allá de toda competencia regional, la carrera por el suministro de hidrógeno limpio a los países industrializados ya se está disputando en todo el mundo, según Ana Ángel, gerente de Hinicio para América Latina. En una entrevista con la Alianza de Energía y Clima de las Américas (ECPA), Ángel señaló que Marruecos, Arabia Saudita y Australia se están posicionando para abastecer a los países de Europa y Asia.
«Es evidente que América Latina necesita empezar a trabajar en esto si quiere obtener alguna ventaja competitiva», dijo.
Según el sistema de puntuación que el índice de la economía del hidrógeno establece, se considera que un país con 100 puntos ha implantado el mercado del hidrógeno. Ningún país obtuvo una puntuación superior a 50 en la primera ronda, si bien Chile estuvo cerca con 48 puntos.
Primer Índice sobre la economía del hidrógeno en América Latina y el Caribe / Hinicio & New Energy
«Básicamente, quiere decir que hay un enorme potencial de crecimiento, un enorme potencial de mejora», dijo Maio durante el evento H2LAC 2021.
Los indicadores que el índice utiliza miden cinco aspectos claves:
Los resultados se basan en una encuesta enviada a principios de año a altos funcionarios de los gobiernos, principales expertos de la industria y otros actores, a la que respondieron 17 países.
La encuesta identificó 35 proyectos piloto industriales en la región (ocho de ellos en Chile) en funcionamiento o en avanzado estado de desarrollo. El índice no tuvo en cuenta proyectos en etapas preliminares ni aquellos que aún se encuentran en estado de investigación y desarrollo. Los resultados reportados no detallan qué proyectos involucran específicamente el hidrógeno verde —hidrógeno producido mediante el uso de energía renovable—, algo que según Maio se destacará en futuras encuestas.
Primer Índice sobre la economía del hidrógeno en América Latina y el Caribe / Hinicio & New Energy
Ángel, de Hinicio, y Nathalia Ortiz, la consultora que trabajó en el índice, explicaron que la encuesta se centró exclusivamente en los tipos de hidrógeno que pueden lograr reducciones de gases de efecto invernadero. En la terminología codificada por colores que se usa a menudo para describir al hidrógeno, esto significa verde o azul.
El hidrógeno verde se produce mediante electrólisis, un proceso que utiliza corriente eléctrica para dividir el agua en sus dos componentes, hidrógeno y oxígeno (H2O). En el caso del hidrógeno verde, la electricidad proviene de fuentes renovables como la solar o la eólica.
Proceso de electrólisis con hidrógeno.
El hidrógeno azul es un derivado del gas natural, al igual que el hidrógeno gris que se ha utilizado durante décadas en América Latina y en todo el mundo, principalmente en la industria. Lo que distingue a la variedad azul es que las emisiones de dióxido de carbono se reducen mediante la captura, uso y almacenamiento de carbono.
En América Latina, los países que están impulsando la inversión en hidrógeno azul son aquellos que cuentan con recursos petrolíferos y gasíferos, según Ángel.
Si bien algunos países latinoamericanos están considerando al hidrógeno como parte de sus labores de cumplimiento de sus propios objetivos de descarbonización, especialmente en la industria pesada, el potencial de exportación es lo que ha captado principalmente la atención de la región, afirmó Ángel.
Primer Índice sobre la economía del hidrógeno en América Latina y el Caribe / Hinicio & New Energy
Señaló que el año pasado Alemania y la Unión Europea lanzaron sus estrategias de hidrógeno, dejando en claro que no tenían la capacidad de producir suficiente hidrógeno verde por sí mismos y que tendrán que depender de las importaciones.
«Desde el momento en que hicieron eso, despertaron un auténtico interés entre los países latinoamericanos», dijo. Con sus abundantes recursos solares, eólicos e hidroeléctricos, América Latina tiene el potencial de producir suficiente hidrógeno verde para exportar energía renovable a los mercados de Europa.
Japón y Corea del Sur también anunciaron estrategias de hidrógeno, pero Ángel señaló que pusieron menos énfasis en el hidrógeno verde específicamente y más en la descarbonización en general, lo que también podría abrir oportunidades para exportar hidrógeno azul.
El hidrógeno es un versátil vector de energía compuesto por moléculas que, además, puede almacenarse y transportarse de manera estable. Ya existe la tecnología para hacerlo de varias maneras, pero aún no queda claro cuáles son las soluciones más eficientes para el mercado de exportación. Algunas opciones consumen mucha energía en sí mismas, explicó Ángel, como por ejemplo convertir gas hidrógeno en líquido y luego volver a convertirlo en gas en el lugar de destino.
Otra posibilidad es combinar hidrógeno verde con nitrógeno para producir amoníaco sin emisiones, que se puede utilizar como combustible. En una entrevista el año pasado, un funcionario chileno afirmó que el país no solo estará en el negocio del hidrógeno verde, sino también en el de las «moléculas verdes».
Con todo el interés que suscita el hidrógeno, algo que pronto desaparecerá son las imprecisas designaciones de color. De hecho, Hinicio diseñó un mecanismo contable para que la Unión Europea calcule el contenido de carbono en el hidrógeno. A medida que los países se propongan producir hidrógeno a partir de diferentes fuentes, este tipo de sistema permitirá un cálculo más preciso, afirmó Ángel.
«Por ejemplo, se puede producir hidrógeno con desechos plásticos», dijo. «¿De qué color sería? Es mejor hablar de contenido de carbono que hablar de colores».
New Energy Events presentará un programa de capacitación de liderazgo de cuatro partes, patrocinado en parte por la Alianza de Energía y Clima de las Américas (ECPA), sobre cómo consolidar las bases para producir, usar y exportar hidrógeno.
El objetivo consiste en ayudar a los altos funcionarios de gobierno, reguladores y líderes de asociaciones empresariales de América Latina y el Caribe a comprender mejor el emergente mercado del hidrógeno para que puedan desarrollar políticas y regulaciones sólidas, crear un entorno que propicie la inversión y participar en la planificación estratégica.
El programa de capacitación, que se estima empezará en agosto, se estructurará en cuatro sesiones mensuales. Los detalles se publicarán próximamente en los sitios web de ECPA y New Energy.
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