(Fotos: MSET)
«Solo me falta averiguar cómo convertir esa energía en electricidad», añadió sonriendo. El Primer Ministro Holness fue el orador principal en la ceremonia de apertura de la reunión ministerial, que congregó a ministros de energía y otros funcionarios de alto nivel de 29 países para hablar sobre la resiliencia energética y las oportunidades de inversión.
Primer Ministro de Jamaica, Andrew Holness, hablando en la ceremonia de apertura sobre la necesidad de «un cambio de mentalidad» para crear resiliencia en un momento en el que los Gobiernos deben responder no solo a desastres naturales y perturbaciones en el mercado de los energéticos, sino también a las pandemias y otras crisis.
En el curso de la reunión ministerial (celebrada los días 27 y 28 de febrero), las delegaciones hablaron sobre temas tan diversos como la integración regional en materia de energía, la insuficiencia energética y el papel del gas natural en un momento en que la energía renovable está de moda. Entre otros temas debatidos se incluyeron género y energía, movilidad eléctrica, energía sostenible y eficiencia energética.
Por primera vez en la serie de reuniones ministeriales de la ECPA, el programa incluyó una sesión plenaria con representantes del sector privado, quienes hablaron sobre la forma en que los gobiernos pueden sentar bases sólidas para la inversión y la innovación en materia de energía. La Ministra de Energía, Ciencia y Tecnología de Jamaica, Fayval Williams, quien presidió los dos días de sesiones, calificó el diálogo con el sector privado como “motivador”.
Afirmó que el sector privado está muy interesado en la región y que ven posibilidades de inversión. La señora Williams también destacó el importante papel que las instituciones financieras internacionales pueden desempeñar poniendo opciones de financiación innovadoras a disposición de los países que deseen actualizar sus sistemas energéticos pero que tengan una limitada capacidad de endeudamiento.
En entrevistas para el boletín de la ECPA, varios Jefes de Delegación señalaron que el acceso a financiamiento e inversión podría ser un particular desafío para los países pequeños que carecen de economías de escala. Pero viendo esto positivamente, las economías pequeñas pueden ser «más ágiles» que las más grandes y pueden desarrollar e implementar políticas agresivas con mayor facilidad. Por ejemplo, podrían ampliar el uso de energías renovables, según Simon Stiell, Ministro de Resiliencia Climática, Medio Ambiente, Silvicultura, Pesca, Gestión de Desastres e Información de Grenada.
El Ministro Stiell agregó que las naciones insulares del Caribe pueden ser un ejemplo para todo el mundo al implementar las acciones progresistas que se requieren para luchar contra el cambio climático y otros desafíos que afronta el mundo.
La diversificación de las fuentes de energía es pieza fundamental de las estrategias de los países de la región. En palabras del Ministro de Energía y Recursos Hídricos de Barbados, Wilfred Abrahams, para muchos países del Caribe esto implica superar la «adicción a los combustibles fósiles».
La dependencia de los combustibles fósiles importados agota las reservas extranjeras de las naciones insulares, dijo, y hace las redes eléctricas vulnerables a fuerzas externas, como las sanciones comerciales, la volatilidad en los precios o los huracanes. Agregó que no hace falta un desastre de gran magnitud para darse cuenta de esto; y puso como ejemplo el reciente fenómeno meteorológico que produjo oleadas más grandes de lo normal y que impidió que los buques tanque atracaran en los puertos de Barbados durante diez días.
En una entrevista, el Ministro Abrahams agregó que “cundía el pánico en el país, pues se acababa el gas y el gasóleo pesado y pudo haberse cerrado la planta generadora”. Al pasar a energías renovables, comentó, «estaríamos en una mejor posición para garantizar nuestra propia independencia energética y podríamos estar seguros de que al presionar un interruptor, se encenderá la luz».
No solo el Caribe tiene la mira puesta en la diversificación. Brasil ha estado aumentando el uso de energía eólica en el sector eléctrico y de biocombustibles en el transporte como parte de un esfuerzo de largo plazo para diversificar su cesta energética. Muchos países que dependen en gran medida de las plantas hidroeléctricas están añadiendo gas natural como medida de protección para no dejar de generar electricidad en caso de una sequía. Ecuador, por ejemplo, planea construir una planta de ciclo combinado de 1000 MW en la ciudad costera de Guayaquil, además de agregar más generación eólica y solar.
Costa Rica, que satisface más del 99% de sus necesidades de electricidad con recursos renovables, ha venido reduciendo su dependencia de la energía hidroeléctrica incorporando otras fuentes renovables a su cesta. La energía geotérmica representa ahora cerca del 15% de la electricidad que Costa Rica produce, y la energía eólica, otro 15%. Y la biomasa y la energía solar también están en aumento, según afirma el Viceministro de Energía, Rolando Castro Córdoba. Agregó que su país también está explorando alternativas como la captura de energía de las corrientes oceánicas y la producción de hidrógeno para generación de energía.
«Seguimos entonces ese proceso de diversificación para ser más resilientes al cambio climático», afirmó.
En todos los países, los sistemas de generación de electricidad deben ser versátiles, dijo el Secretario de Estado en el Despacho de Energía de Honduras, Roberto Ordóñez. Es importante avanzar hacia un mayor uso de la energía renovable, aseguró, pero también es esencial garantizar capacidad suficiente para cubrir las necesidades de energía en caso de que disminuyan las reservas y para subsanar cualquier déficit ocasionado por la falta de viento o sol. «De eso se trata, de estar preparados y poder enfrentar estos retos», agregó.
Muchos países consideran que una mayor integración energética es otra forma de crear resiliencia. Cuando los sistemas eléctricos están interconectados y funcionan en estrecha coordinación, pueden ayudar a equilibrar la oferta y la demanda. Estados Unidos y Canadá, por ejemplo, han tenido desde hace mucho tiempo sus redes eléctricas conectadas con docenas de líneas de transmisión a lo largo de su frontera compartida.
Seis países centroamericanos —Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá— tienen ahora un sistema interconectado, aunque todavía se están realizando esfuerzos para crear un mercado regional integrado más sólido.
–Fayval Williams, Ministra de Energía, Ciencia y Tecnología de Jamaica.
Guatemala exporta parte de su exceso de electricidad a El Salvador a través de este mercado regional, según el Ministro de Energía y Minas de Guatemala, Alberto Pimentel Mata; y por separado, también vende energía a México. El Ministro Pimentel espera que algún día sea posible lograr la interconexión con Belize. (Véase el artículo El poder de la interconectividad).
La región andina también se está interconectando cada vez más. Colombia y Ecuador ya tienen redes eléctricas integradas, y Ecuador y Perú están planeando construir líneas de transmisión de alta potencia hacia sus respectivas fronteras para conectar sus sistemas. Se prevé que esa interconexión esté en funcionamiento a principios de 2024, según el Viceministro de Electricidad y Energía Renovable de Ecuador, Gonzalo Uquillas Vallejo.
Desde hace años, con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), se han puesto en marcha planes para un sistema andino interconectado más amplio que eventualmente incluiría a Bolivia y Chile. A fines del año pasado, las autoridades de energía de Perú y Chile completaron un estudio de factibilidad que muestra que un proyecto de interconexión traería beneficios para ambos países.
Por supuesto, no se trata sólo de construir líneas de transmisión, sino también de crear los marcos técnicos, regulatorios y comerciales adecuados, aseguró el Viceministro Uquillas. Agregó que es importante “seguir trabajando para crear un verdadero mercado eléctrico competitivo que permita justamente aprovechar la complementariedad de los diferentes países”.
Los delegados dijeron que un evento como la Cuarta Reunión Ministerial de la ECPA ofrece a sus países la ocasión de compartir información y buenas prácticas e identificar oportunidades para alianzas financieras o cooperación técnica.
«Los desafíos que enfrentamos no son exclusivos de nosotros como naciones individuales», aseveró el señor Simon Stiell, Ministro de Resiliencia Climática, Medio Ambiente, Silvicultura, Pesca, Gestión de Desastres e Información de Grenada. «Entre vecinos podemos compartir y aprender unos de otros».
Stephenson King, Ministro de Infraestructura, Puertos, Energía y Trabajo de Santa Lucía, hizo eco de estos comentarios. Dijo que «son numerosas las áreas en las que podemos cooperar en términos de tecnología, fuentes autóctonas de energía y suministros eficientes» y agregó que la cooperación financiera a través de instituciones regionales o globales también es importante.
Un ejemplo de ello es el acuerdo que recién firmaron Barbados y Trinidad y Tobago para la exploración y el desarrollo conjuntos de petróleo y gas en la zona marina ubicada entre los dos países. Es lógico que Barbados se acerque a un vecino con 100 años de experiencia en el campo —aseveró el Ministro Abrahams—, y que Barbados, a su vez, comparta con otros países del Caribe lo que ha aprendido sobre energía renovable, la movilidad eléctrica y la energía solar, entre otras cosas.
Representantes de varios países centroamericanos aprovecharon el momento para mencionar su estrecha y continua colaboración, tanto a nivel bilateral como regional. Por ejemplo, la señora Guadalupe González, Directora de Electricidad de la Secretaría Nacional de Energía de Panamá, indicó que han estado colaborando para desarrollar estándares compartidos sobre eficiencia energética.
Mencionó que es posible una colaboración aún más amplia en toda América Latina, que ha visto un repunte de la energía renovable en los últimos años. «Nos estamos poniendo metas cada vez más altas, cosa que es loable», agregó González.