El 12 de noviembre de 2012, el Instituto de las Américas organizó la Mesa Redonda sobre Energía en Chile, en la ciudad de Santiago. Los participantes destacaron la importancia de expandir la infraestructura de transmisión y la necesidad de conectar las dos redes eléctricas de la nación, en un esfuerzo por contrarrestar los altos costos de la energía y lograr un equilibrio entre el desarrollo sostenible y el crecimiento económico. Dirigiéndose a una audiencia de cerca de 100 representantes chilenos y del hemisferio, el ministro de energía de Chile, Jorge Bunster, dijo que «hoy tenemos un sistema frágil en términos de transmisión». Agregó que “el futuro energético debe ser diversificado. Tenemos que hacer mejor uso de los recursos que tiene el país; hidroelectricidad y también fuentes no convencionales de energía renovable, pero sin dejar a un lado la energía convencional”.
En la actualidad, Chile recurre a la importación para abastecer cerca del 60% de sus necesidades energéticas. Los participantes de la Mesa Redonda acordaron que una matriz energética más diversificada mejoraría la seguridad energética de Chile y fomentaría un crecimiento económico bajo en carbono. A fin de seguir construyendo una mezcla energética más segura y competitiva para Chile, tres aspectos fundamentales deben anteponerse a las consideraciones políticas: i) el precio, ii) la contaminación, y iii) la estabilidad del suministro. Por otra parte, tal como la mayoría de los participantes aceptaron, una mezcla limpia de generación energética debe ser un objetivo nacional y un reto que todos los chilenos deben buscar resolver. En respuesta a estos desafíos, el Gobierno de Chile ha diseñado una estrategia a 20 años orientada al desarrollo de una matriz energética más limpia y más rentable que pueda ofrecer una mayor seguridad energética.