Boletín de noticias de la ECPA

¡Luces…Acción!

martes, diciembre 13, 2016

En esta época de luces, consideremos la humilde luz de la calle. Puede carecer del brillo de una exhibición festiva o de la vitalidad de una muestra de neón, pero la luz de calle puede jugar un papel grande en la imagen de la energía de un país.

De hecho, en algunos estados insulares del Caribe la iluminación de las calles representa la mayor fuente de gasto público en energía, dijo Sylvester Clauzel, Secretario Permanente del Departamento de Desarrollo Sostenible de Santa Lucía, en una reciente reunión de la ECPA en Miami.

Esa es la razón principal por la que Santa Lucía planea modernizar cada luz de la calle en la isla para usar iluminación LED de bajo consumo energético-un proceso de dos años que se espera comience a principios del próximo año. Este cambio promete generar enormes ahorros y reducir drásticamente el consumo de energía.

Santa Lucía, al igual que muchas islas en el Caribe de habla inglesa, tiene un sistema de iluminación pública de primera clase, no sólo en la capital, Castries, sino en ciudades y pueblos de todo el país y a lo largo de las carreteras que los conectan. Prácticamente todos tienen acceso a la electricidad, y las personas esperan que sus calles estén adecuadamente iluminadas, dijo Clauzel en una entrevista.

«Los parlamentarios siempre están pidiendo más luces para sus comunidades», dijo. Las más de 21.000 luces a lo largo de las calles y autopistas del país se suman a un gran gasto público, cerca de US$4 millones anuales, según Clauzel.

Es comprensible que el gobierno estuviera interesado en bajar esos costos, y un paso lógico fue reemplazar aquellas lámparas de vapor de sodio de alta presión que consumen grandes cantidades de energía, con tecnología LED más nueva (el acrónimo en inglés significa diodos emisores de luz). Esto no era una tarea viable para la empresa eléctrica local, ya que recuperar la inversión tardaría mucho tiempo, dijo Clauzel, sobre todo porque la disminución resultante del consumo reduciría su flujo de ingresos.

Dadas las circunstancias, dijo, tenía sentido que el gobierno hiciera la inversión. (Aunque la empresa prestadora de servicios que suministra electricidad la isla de Santa Lucia, Electricity Services Limited, o LUCELEC, es en su mayoría de propiedad privada, el gobierno es un accionista minoritario).

En dos ciudades se llevó a cabo un proyecto piloto para probar las luces e identificar qué modelos e intensidades funcionan mejor según las áreas. También fue importante seleccionar opciones de iluminación que más adelante podrían ser mejoradas con nuevos avances tecnológicos, dijo Clauzel.

Para un país pequeño con altas facturas energéticas, el potencial de ahorro de costos era el principal atractivo para hacer la conversión, aunque este proyecto también permite a Santa Lucía «dar ejemplo» en cuestiones climáticas, dijo Clauzel. El gobierno tiene el objetivo de reducir el consumo público de electricidad en un 20 por ciento para 2020, dijo, agregando que el proyecto LED «va a hacer una importante contribución a ese objetivo».

Santa Lucía obtuvo un préstamo de US$10,6 millones con «importantes rebajas” por parte del Banco de Desarrollo del Caribe (BDC) para reemplazar el alumbrado público del país. El gobierno tiene una década para pagar el préstamo, aunque los ahorros generados le permitirán recuperar su inversión mucho antes.

Al anunciar el préstamo a comienzos de este año, el Director de Proyectos de BCD, Daniel Best, dijo que Santa Lucía fue el primero de los países prestatarios del banco en sustituir toda su red de farolas por una alternativa más eficiente en un periodo de tiempo relativamente corto. Un comunicado por parte del BDC dijo que el préstamo permitiría que el gobierno reduzca su cuenta de iluminación pública en un 58 por ciento, liberando fondos para iniciativas nacionales de desarrollo; reducir las importaciones de petróleo; y evitar gastos adicionales en generación eléctrica para satisfacer las crecientes demandas de los consumidores.

Se aprobó también un préstamo para Antigua y Barbuda para instalar luces LED en las calles, y proyectos similares están en proceso en varios otros países, según el asesor de energía sostenible del BDC, Joseph Williams. «El potencial de ahorro es significativo, así que una vez presentadas las evidencias, los países generalmente compran la idea», dijo en una entrevista.

El BDC, dijo, puede ofrecer tasas de interés por debajo de las del mercado para estos proyectos, combinando recursos propios con fondos de menor costo disponibles a través de programas como la Línea de Crédito para la Acción Climática del Banco Europeo de Inversiones, que ofrece una bonificación de interés de hasta la mitad del costo del proyecto. Están disponibles otros recursos de financiamiento para los países del Caribe Oriental a través de la Unión Europea o del Reino Unido.

Los préstamos se ofrecen típicamente en términos de 10 años con un período de gracia de un año, y dependiendo del tipo de luces LED que se estén utilizando para la sustitución, en general la inversión puede ser recuperada entre tres y cuatro años, dijo Williams. Aunque estos tipos de proyectos a menudo generan cierta resistencia por parte de la industria porque pueden ser «perjudiciales» para los proveedores y distribuidores existentes, proporcionan un claro beneficio público, dijo Williams.

«Nunca puede ser bueno ser ineficiente», agregó.