Boletín de noticias de la ECPA

Las empresas eléctricas sienten los efectos secundarios

viernes, abril 17, 2020

 

 

No importa cuántas películas miren las familias aisladas en sus hogares, o cuántas horas usen el aire acondicionado, escuchen la radio o trabajen desde sus computadoras. No utilizarán tanta electricidad como una fábrica o un concurrido hotel. El cierre generalizado de la actividad comercial e industrial en toda la región ha resultado en una menor demanda de energía eléctrica. Esto crea desafíos para las empresas de servicios eléctricos, especialmente en un momento en el que muchos de sus clientes tendrán dificultades para pagar sus facturas de electricidad.

 

El consumo eléctrico ofrece una foto instantánea de la economía. De hecho, algunos economistas consideran que los datos son un indicador temprano de crecimiento o desaceleración. El New York Times publicó recientemente una serie de gráficos que muestran cómo el consumo eléctrico disminuyó en diferentes ciudades y regiones de Estados Unidos desde marzo, sugiriendo una disminución de la actividad económica «a la par con la de la Gran Recesión».

En América Latina y el Caribe se observa un patrón similar, aunque la disminución de la demanda varía según la naturaleza de cada economía, el alcance del cierre y el día de la semana y la hora del día. Durante un seminario virtual de la Alianza de Energía y Clima de las Américas (ECPA) sobre las perspectivas del sector eléctrico de Centroamérica y el Caribe a raíz del Covid-19 realizado el 8 de abril, los participantes dijeron que la demanda había caído en un promedio del 10% al 30%.

La repentina desaparición del turismo ha provocado que la demanda comercial se desplome en el Caribe, según Cletus Bertin, Director Ejecutivo de la Caribbean Utility Services Corporation (CARILEC), una asociación de la industria que aglomera a 32 empresas de servicios eléctricos. Citando un caso extremo, Bertin afirmó que el turismo representa más del 85 por ciento de la carga eléctrica de una empresa privada que presta servicios en la zona turística de Punta Cana, en la República Dominicana, y «eso se reduce casi a cero».

Si bien la disminución no es tan pronunciada en otros lugares, «todas nuestras empresas de servicios eléctricos han experimentado una caída significativa en la demanda debido al cierre del sector turístico», agregó.

Al mismo tiempo que las empresas de servicios eléctricos están viendo caer sus ingresos, la mayoría de los clientes residenciales verán aumentar sus facturas de electricidad, lo cual refleja la mayor cantidad de horas que pasan en casa durante el cierre de actividades provocado por el Covid-19. Los gobiernos de toda la región han adoptado diferentes medidas a fin de garantizar que la gente no se quede sin electricidad debido a la imposibilidad de pagar.

Por ejemplo, en Panamá el gobierno está subsidiando la electricidad para clientes de bajos ingresos que usen pequeñas cantidades mensuales según Guadalupe González, Directora de electricidad de la Secretaría Nacional de Energía. Bajo una nueva política adoptada por ese organismo y por los reguladores del gobierno, los usuarios podrán postergar al resto del año el pago de las facturas eléctricas correspondientes a abril, mayo y junio.

El Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), la empresa de servicios públicos que suministra la mayor parte de la energía eléctrica del país, ha permitido que sus clientes paguen el 50 por ciento de sus facturas y financien el resto durante varios meses con préstamos sin intereses, según Marco Acuña, Gerente Comercial de Electricidad del ICE. Esto reduce los ingresos de la empresa, que aún debe cubrir sus gastos operativos y pagarle a sus empleados. «Tenemos que tener mucho cuidado con el flujo de caja», afirmó.

Otros participantes se hicieron eco de la preocupación por el flujo de caja. Es el caso de las empresas de servicios eléctricos que son miembros de CARILEC, aproximadamente 60 por ciento de las cuales son propiedad del gobierno. «La mayoría se encuentra en una posición financieramente estable en lo que se refiere a superar esta tormenta, dependiendo de cuánto tiempo más durará», afirmó Bertin.

«Realmente esperamos y rezamos para que la temporada de huracanes no traiga otro torbellino de desastres a nuestras costas», agregó.

 

Operaciones cambiantes

 

Las compañías de energía eléctrica han tenido que ajustar rápidamente sus operaciones para poder mantener las luces encendidas. Durante un seminario virtual realizado recientemente por New Energy Events, Rick Case, Director de Servicios de Ingeniería de la Compañía de Servicios Públicos de Jamaica (JPS), afirmó que la empresa ha priorizado y diferido algunos proyectos para preservar el capital de trabajo. En algunos casos, dijo, los proyectos se pueden suspender si requieren la incorporación de expertos de otros países que se han visto gravemente afectados por el Covid-19.

Los participantes del seminario virtual de la ECPA se pronunciaron acerca de otros ajustes que han realizado para que sus equipos de trabajo puedan realizar tareas regulares de mantenimiento mientras muchos otros empleados trabajan en forma remota. «Esta emergencia nos ha demostrado que podemos tomar decisiones sobre trabajar desde casa», afirmó Acuña, y agregó que la empresa necesita mejorar y acelerar la digitalización de los procedimientos. «Observamos que el negocio no será lo mismo en el futuro», dijo.

Una empresa que ha logrado grandes avances en las operaciones de digitalización es el Grupo Enel, una compañía multinacional italiana de energía que opera en gran parte de Centro y Sudamérica. Maurizio Bezzeccheri, quien dirige las operaciones latinoamericanas de la compañía, dijo durante el seminario virtual que mucho antes de esta crisis, Enel había adoptado la informática de nube, lo que significa que los empleados que no tienen que trabajar en el campo pueden pasar rápidamente a trabajar en forma remota.

Enel emplea a unas 20.000 personas directamente en la región y tiene otras 20.000 trabajando bajo contrato. Es una de las compañías privadas de distribución de electricidad más grandes de la región y presta servicios a muchas de las ciudades más grandes de Sudamérica. Asimismo, genera alrededor de 15 gigavatios de energía renovable en la región.

En una entrevista telefónica, Bezzeccheri afirmó que en la actualidad aproximadamente la mitad de los empleados de la compañía en América Latina trabaja desde casa. La compañía también adoptó medidas en el campo para proteger a sus trabajadores, tales como desplegar cuadrillas más pequeñas y mantener a las mismas cuadrillas juntas para limitar contagios si uno de sus integrantes contrae el coronavirus. Les dio máscaras y guantes y ajustó los procedimientos para que puedan mantenerse a una mayor distancia el uno del otro siempre que sea posible.

“Hemos totalmente cambiado la forma de trabajar”, afirmó. Gracias a las capacidades digitales de la compañía, la facturación se puede gestionar electrónicamente a través de aplicaciones, lo cual ha estado funcionando bien, según Bezzeccheri.

Los gobiernos sudamericanos están adoptando diferentes enfoques para ayudar a los más necesitados con sus facturas de electricidad, afirmó, en algunos casos pagándole directamente a las empresas de servicios eléctricos y en otros básicamente prestándoles el dinero, el cuál deberán devolver tan pronto los recauden de los usuarios finales.

Bezzeccheri explicó que las facturas eléctricas tienen tres componentes: tasas e impuestos, que pueden representar entre el 25 y el 45 por ciento de la factura, pagos a la empresa distribuidora (20 al 30 por ciento), que cubren los gastos relacionados con el empleo y las operaciones, así como las ganancias, y el resto consiste en un cobro que se transfiere a la empresa que genera la electricidad. Cuando una empresa de servicios eléctricos no puede cobrar, esto puede afectar a toda la cadena de valor y «poner en riesgo ese servicio de electricidad», afirmó.

Una cosa que la crisis actual ha demostrado, señaló Marco Acuña durante el seminario virtual de la ECPA, es la importancia de la electricidad, ya sea para garantizar que los hospitales puedan funcionar, que haya agua corriente o que la gente pueda trabajar desde su hogar. «El sector eléctrico es clave para la sociedad», dijo, «y la responsabilidad que tenemos es enorme».


 

jueves, 16 de abril de 2020 2:00 – 4:00

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