Unas 370 personas en total asistieron a los dos talleres, “Producción en ciclo cerrado y economía circular: una visión innovadora de productividad”. Los eventos se llevaron a cabo en la ciudad de Bogotá el 29 de julio y en Medellín el 1º de agosto. Expertos de la Secretaría General de la OEA y el Centro Nacional de Producción más Limpia de Colombia (CNPL) realizaron la capacitación en el marco del proyecto ECPA “Desarrollo de producción sostenible hacia una economía circular en Colombia”. El Ministerio de Industria, Comercio y Turismo (MinCIT) y la Universidad de San Buenaventura también participaron en la coordinación del evento.
Uno de los propósitos de los talleres fue crear conciencia en el sector empresarial, incluyendo las pequeñas y medianas empresas, sobre prácticas de producción más eficientes y sostenibles. A través de una iniciativa financiada por la Misión Permanente de los Estados Unidos ante la OEA, la ECPA promueve métodos de producción que mejoran el desempeño ambiental, la productividad y la competitividad por medio de energías renovables y eficiencia energética, eliminando el uso de productos químicos tóxicos y reduciendo la generación de desechos.
Una representante del MinCIT, Edith Urrego, destacó la importancia de esta iniciativa de la OEA para el desarrollo empresarial, ya que “además de la academia y el sector público, el proyecto pueda llevarse a las empresas”. Durante los talleres, se invitó a empresas a participar en un programa piloto, con entrenamiento y acompañamiento técnico por parte de los expertos, para identificar el potencial de utilizar metodologías de producción en ciclo cerrado en uno de sus productos. Los expertos también asesorarán a dichas empresas en la preparación de propuestas para la aplicación a fondos disponibles en el país o de carácter internacional.
Esta iniciativa se fundamenta en el compromiso político con la producción sostenible, formulado por los Ministros y Altas Autoridades de Desarrollo Sostenible de las Américas en su reunión en República Dominicana en el 2010. En la Declaración de Santo Domingo declararon lo siguiente: “Los patrones de producción y consumo insostenibles resultan en desafíos complejos para el desarrollo sostenible y el bienestar humano y asimismo, el deterioro de los bienes y servicios provistos por los ecosistemas generan impactos en las economías y los medios de vida de las comunidades que dependen de éstos y afectan su capacidad de resiliencia”.