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Guerra y petróleo: Impacto de la explosión de los precios

martes, marzo 22, 2022
Los precios del petróleo han alcanzado los niveles más altos en años, como consecuencia de la invasión de Rusia a Ucrania, y las repercusiones ya se están sintiendo en todo el continente americano. Los productores de petróleo de la región se beneficiarán, pero para muchos países y consumidores es otro recordatorio del alto costo de la dependencia de las importaciones de energía.

 

Si el cambio climático no fuera motivación suficiente para que los países aceleren la transición energética, la situación actual demuestra que hay otras buenas razones para hacerlo, dijo Daniel Kammen, profesor de energía de la Universidad de California, Berkeley.

«Siempre que hay inestabilidad geopolítica, las compañías petroleras son las primeras en beneficiarse», dijo en una entrevista con la Alianza de Energía y Clima de las Américas (ECPA).

Según Kammen, un buen argumento a favor de la energía limpia es que «el alza del precio de la energía solar y eólica durante la crisis de Ucrania es cero». 

Kammen asegura que el mundo sabe que necesita alejarse de los combustibles fósiles por el bien del planeta, pero esto no está sucediendo lo suficientemente rápido. Las consecuencias de la invasión rusa demuestran que «los dividendos climáticos son grandes, pero también hay algunos dividendos geopolíticos» en la transición energética. Es un punto que muchos líderes del mundo han compartido en los últimos días y semanas.

Luego del anuncio de Estados Unidos prohibiendo las importaciones de petróleo, gas natural licuado (GNL) y carbón proveniente de Rusia, el Presidente Joe Biden aseguró que «la crisis actual debería motivarnos a acelerar la transición hacia la energía limpia». 

«Para proteger nuestra economía a largo plazo, debemos ser independientes en materia de energía», dijo.

En 2021, menos del 10% de las importaciones de petróleo a Estados Unidos provinieron de Rusia. Los demás países de las Américas compran muy poco petróleo ruso. Este no es el caso de la Unión Europea, que depende en gran medida de Rusia para satisfacer sus necesidades energéticas.

Oleoducto Druzhba cruzando Dniester, Ucrania

Ursula von der Leyen, Presidenta de la Comisión Europea, dijo recientemente que la dependencia debe terminar. «Para ello, debemos diversificar el suministro, debemos mejorar la eficiencia energética y debemos invertir masivamente en energías renovables», afirmó. «Porque esta es una inversión estratégica en nuestra seguridad de suministro, pero también en la salud de nuestro planeta».

El Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, hizo la misma conexión. «Como los acontecimientos actuales dejan muy claro, nuestra continua dependencia de los combustibles fósiles hace que la economía mundial y la seguridad energética sean vulnerables a las conmociones y las crisis geopolíticas». «En vez de frenar la descarbonización de la economía mundial, es menester acelerar la transición energética hacia un futuro de energía renovable» aseguró.

 

Incentivos en la dirección equivocada

 

Plataforma petrolera en la Bahía Guanabara, Rio de Janeiro, Brasil

Para los países exportadores de petróleo, el aumento de los precios brinda un incentivo para aumentar la exploración y la producción, señaló Cynthia Arnson, directora del programa para América Latina del Wilson Center, un grupo de expertos con sede en Washington, D.C.

«Los países optarán por duplicar las exportaciones de hidrocarburos porque podrán aprovechar ganancias extraordinarias en un momento en el que deberían estar haciendo todo lo posible para transicionar a una economía verde», dijo en una entrevista.

Arnson cree que exportar más petróleo sería «el tipo de crecimiento equivocado». Aún así, reconoció que tiene sentido que los países intenten aprovechar el momento, especialmente luego de los embates que las economías de la región han padecido durante los últimos dos años.

«Entonces la verdadera pregunta es: ¿cómo se utilizarán esos ingresos? ¿Cómo van a ser reincorporados a la economía para diversificarse alejados de las exportaciones de hidrocarburos?»

El petróleo no es el único producto afectado por la invasión rusa. Sectores como los minerales y los granos también han experimentado un significativo aumento de precios y una mayor volatilidad en las últimas semanas.

Los países que exportan esos bienes básicos verán algún beneficio, pero «los importadores netos van a tener un gran problema», indicó recientemente Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva saliente de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

Durante una conferencia de prensa en el Foro de los Países de América Latina y el Caribe sobre el Desarrollo Sostenible 2022 en Costa Rica, agregó que «una de las principales preocupaciones en toda la región es que estos costos los sentirán directamente los hogares, debido a que las personas pagarán más por combustible, alimentos y transporte». «Va a haber un impacto fuerte en los bolsillos de la gente», dijo Bárcena, quien deja su cargo en la CEPAL a finales de este mes.

En materia de energía, los países deben seguir el ejemplo de Costa Rica e invertir en soluciones de energía limpia. «La única resiliencia real es movernos a la energía renovable», dijo Bárcena.

Vista panorámica de las plantas geotérmicas y paneles solares del volcán Miravalles en Guayabo de Bagaces, Costa Rica

En la misma conferencia de prensa, el presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado, dijo que los impactos económicos de la guerra en Ucrania ya se están sintiendo en la región. «Costa Rica y otros países están considerando subsidios y otro tipo de asistencia para ayudar a proteger a los hogares más vulnerables, pero no todos los países tienen la capacidad de endeudamiento para adoptar tales medidas» aseguró. 

Alvarado agregó que la región debe cambiar fundamentalmente su forma de pensar sobre la energía para que pueda volverse más autosuficiente y menos vulnerable. Citó el ejemplo de Islandia, que solía depender en gran medida de los combustibles fósiles y ahora funciona casi por completo con energías renovables, principalmente energía geotérmica.

«Hoy, América Latina y el Caribe podría decidir también renunciar su dependencia de los combustibles fósiles de una vez por todas, para no depender de factores externos cada vez que se presenta una de estas crisis. Debemos depender de nosotros mismos» dijo.

 

El costo para los países importadores

 

Dax Driver, presidente y director ejecutivo de la Cámara de Energía de Trinidad y Tobago, agregó que los altos precios del petróleo tienen un impacto especialmente fuerte en muchos países del Caribe que aún dependen en gran medida de la importación de diésel o gasolina para la generación de electricidad. Además de la electricidad, los crecientes costos de la gasolina importada también afectan los insumos agrícolas como fertilizantes, así como las tarifas aéreas, lo que podría llevar a los turistas a renunciar a los viajes internacionales, agregó. 

«Realmente no es una situación fácil para el Caribe, después de dos años increíblemente difíciles con el COVID», dijo Driver en una entrevista. «Imagínese para las economías del turismo lo devastador que esto ha sido. No es una buena situación».

Como país productor y exportador de hidrocarburos (principalmente GNL) y petroquímicos (amoníaco y metanol), Trinidad y Tobago verá mayores ingresos por el alza de los precios. Sin embargo, el gas natural a menudo se vende bajo contratos a largo plazo, por lo que las ganancias extraordinarias pueden no ser tan dramáticas como lo sugieren los «astronómicos» precios de referencia internacional, señaló Driver.

Mientras tanto, los consumidores locales en Trinidad y Tobago están protegidos en gran medida de los altos precios internacionales mediante subsidios a la electricidad y la gasolina.

Aunque el aumento de los precios del petróleo tiende a despertar un mayor interés en las energías renovables, Driver opina que el interés en las energías limpias no ha disminuido en los últimos años en los países del Caribe, incluso cuando los precios del petróleo se desplomaron en los primeros meses de la pandemia. «La gente se ha centrado mucho en intentar traer más energías renovables a sus mercados» aseguró.

Las naciones insulares más pequeñas enfrentan singulares desafíos. Por un lado, es más difícil introducir energías renovables intermitentes en un pequeño sistema de energía eléctrica y aún así mantener la estabilidad de la red. Otro obstáculo es que el almacenamiento en baterías sigue siendo caro. El pequeño tamaño de los proyectos también dificulta el interés de los inversores, agregó. 

«No ha sido fácil», dijo Driver. «Si miramos los números absolutos de la penetración de energía renovable en el Caribe, no reflejan el deseo que ha habido de tratar de aumentarla».

Por su parte, a Daniel Kammen le gustaría ver más actividad en energía limpia en toda la región. «El hecho de que haya tan poca producción solar o eólica en América Latina es un problema. La región está bien posicionada en términos de industria, de educación superior, de ingeniería, para ser un jugador real, pero hasta ahora no lo ha sido lamentablemente. Para mí, esto es preocupante», dijo. 

Kammen estima que la mejor manera de acelerar la energía limpia es promover el uso de vehículos eléctricos. A diferencia de la construcción de un gran proyecto de energía, esto es algo que puede suceder rápidamente mediante la adopción de políticas e incentivos acertados, aseguró. 

«Cuanto más se demande vehículos eléctricos, más se reducirá la cuenta de combustibles fósiles importados. Eso también crea un mercado de generación de energía limpia porque esos vehículos nos hacen más independientes de la energía cuanto más utilicemos fuentes limpias», agregó. 

Sean cual fueren las políticas energéticas que adopten los países, deben asegurarse de que están teniendo en cuenta la justicia social. «La gente adinerada puede pagar la gasolina si es un dólar o cien pesos más cara, pero la gente de bajos recursos no», dijo Kammen.