Boletín de noticias de la ECPA

Fomento del desarrollo sostenible a través de la climatización eficiente

jueves, marzo 19, 2015

Un mayor acceso a la energía en las Américas requiere de políticas inclusivas que estén dirigidas a los segmentos más vulnerables de la sociedad, a la promoción del uso eficiente de la energía, y asegurar el acceso estable y confiable de los servicios energéticos. El 27 de febrero, el Departamento de Desarrollo Sostenible de la OEA y la Alianza de Energía y Clima de las Américas (ECPA), convocaron un foro de debate público sobre «Eficiencia energética y la climatización en viviendas de bajos recursos en las Américas» en Washington, DC. El foro proporcionó la oportunidad de analizar las prácticas de eficiencia energética en hogares de bajos ingresos realizadas por México, Estados Unidos y Uruguay, a medida que la región se embarca en el establecimiento de prácticas y programas similares.

Durante la reunión se compartieron experiencias en la aplicación del modelo del Programa de Asistencia de Climatización (WAP por su acrónimo en inglés). El WAP es una política pública implementada por el Departamento de Energía (DOE), que desde su creación en 1976 ha producido resultados positivos en términos de ahorro de energía y reducción de la pobreza. WAP consiste en la formación de trabajadores verdes como auditores, capacitados para desempeñar evaluaciones de climatización en hogares, y llevar a cabo reconversiones rentables en eficiencia energética, contribuyendo a la salud y la seguridad de los hogares valorados. Este programa ha demostrado ser eficaz en la reducción del consumo de energía en los Estados Unidos, mejorando el ahorro de energía y de divisas, reduciendo la dependencia energética, la contaminación y el gasto energético de los hogares, al tiempo que mejora la calidad de vida de sus integrantes.

El Secretario General de la OEA, José Miguel Insulza, inauguró el foro refiriéndose a la ECPA como «una herramienta importante y útil para promover el cambio hacia las energías renovables y la eficiencia energética en la región» y como una iniciativa que «ha ayudado a fomentar el diálogo, la colaboración y la sensibilización de gobiernos, organizaciones multilaterales, organizaciones no gubernamentales, el sector privado y la academia mediante el establecimiento de alianzas».

El congresista de los Estados Unidos, Paul Tonko, también participó en la sesión de apertura resaltando los casi cuarenta años de experiencia de su país en la implementación del WAP que proporciona un valioso ejemplo de cómo los gobiernos pueden apoyar la reducción del consumo de energía y la dependencia, y mejorar la calidad de vida de las personas. En este sentido, señaló que «este tipo de ejercicio —donde se traduce y transfiere un programa de un país a otro— es exactamente el tipo de coordinación y cooperación internacional que necesitamos». Al expresar su apoyo al programa, el congresista Tonko argumentó que «la eficiencia energética debe ser nuestro combustible de elección. Es el combustible menos caro y más beneficioso que tenemos para el medio ambiente.»

El Representante Permanente de México ante la OEA, Embajador Emilio Rabasa, destacó la importancia del intercambio en preparación para la próxima reunión ministerial de la ECPA, a celebrarse el 25 y 26 mayo en Mérida, Yucatán, afirmando que la reunión de alto nivel «servirá para reafirmar el compromiso de los gobiernos con la energía limpia y la eficiencia climática». Desde 2011, México preside el Grupo de Trabajo de la ECPA en Eficiencia energética, en cuyo marco ofrece conocimientos, prácticas óptimas y apoyo técnico a los países de las Américas en eficiencia, conservación y ahorro de la energía. El apoyo de México en aspectos técnicos y de adopción de políticas en este campo benefició a más de 30 países.

La sesión inaugural concluyó con unas palabras del Embajador Hugo Cayrus, Representante Permanente del Uruguay ante la OEA, quien resaltó los vínculos entre la eficiencia energética y la promoción de la igualdad. El Embajador Cayrus explicó cómo la política energética uruguaya está «concebida para mejorar la calidad de vida de las personas en situaciones socioeconómicas vulnerables y facilitar el acceso de la población mediante la promoción de una cultura de uso eficiente y seguro de los recursos y la optimización de las inversiones del Estado».