Bajo nivel de reservas eléctricas y dependencia de un solo ducto de gas reduciría suministro de energía ante cualquier contingencia, advierte el COES. POR EDUARDO SOSA
El presidente del Comité de Operación Económica del Sistema Interconectado Nacional (COES) César Butrón indicó a EXPRESO, que, de no concretarse nuevos proyectos energéticos, a partir del 2016 se presentará un problema estructural en el sistema que se traducirá en racionamiento energético.
“Hasta el 2016 está garantizada la demanda de energía, pero vemos que después de ese año no hay más proyectos concretos de generación. Si no se generan estos proyectos, y la demanda sigue creciendo, se va a presentar un problema estructural de racionamiento”, advirtió.
Indicó que, aunque en la actualidad no hay peligro de racionamiento, el sistema nacional corre el riesgo de, ante cualquier contingencia, tener que reducir el suministro.
“Además de que nuestro nivel de reservas no es el deseado para la demanda, estamos dependiendo solamente del ducto de gas (de Camisea), que ante cualquier contingencia –como la falla en alguna central grande– se tendría que reducir el suministro”, remarcó.
En ese sentido, apuntó que, a corto plazo, no hay ninguna medida que se pueda hacer para solucionar la dependencia a un solo ducto.
“Lamentablemente no se puede resolver el problema estructural de depender de un solo gaseoducto ni en el 2013, ni el 2014 porque las soluciones, como convertir a duales las plantas térmicas, requiere trabajos de mínimo tres años”, calculó.
En unidades de potencia, manifestó que en promedio cada año el sistema nacional requiere incorporar 400 megavatios (MW) nuevos de capacidad. Una demanda que crece anualmente en 5.5% y que al 2016 será en 10%. Remarcó que, ante esta disyuntiva, existen varios proyectos identificados que podrían sumar hasta 19,000 MW, como el de Marañón o Inambari, pero que, en la actualidad, no existen señales claras de que se vayan a ejecutar.
El dato
Hace unas semanas el Banco Central de Reserva (BCR) indicó que hay un riesgo de racionamiento para los próximos dos años que afectaría a unas 250 grandes empresas.
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