En el discurso de toma de posesión de su segunda presidencia, el presidente Barack Obama mantuvo la habitual línea de defensa e impulso de liderazgo de las energías renovables (“No podemos ceder a otras naciones la tecnología que potenciará nuevos trabajos y nuevas industrias”, dijo), mientras que, por otro lado, advirtió que “responderemos al desafío del cambio climático”.
Antes que él, el vicepresidente Joe Biden aseguró a los ambientalistas que Obama no va a ignorar el cambio climático en su segundo mandato. «Mantengan la fe», dijo, y afirmó que «hay ciencia en la Casa Blanca«.
A pesar de que durante la campaña presidencial casi no hubo debate sobre el cambio climático, en su primera conferencia de prensa después de ganar la reelección en noviembre pasado el presidente Obama reiteró su punto de vista sobre el tema: «Soy un firme creyente de que el cambio climático es real, que es consecuencia del comportamiento humano y de las emisiones de carbono». En ese sentido, aseguró que «como consecuencia de ello, creo que tenemos una obligación con las generaciones futuras para hacer algo al respecto.»
De este modo, el presidente estadounidense parece responder ante las dudas y demandas de los ecologistas de su país.
A continuación, una traducción del extracto del discurso de investidura presidencial referido al cambio climático y a las energías renovables:
Nosotros, el pueblo, todavía creemos que nuestras obligaciones como estadounidenses no son sólo para nosotros, sino para toda la posteridad. Vamos a responder a la amenaza del cambio climático, sabiendo que el no hacerlo sería traicionar a nuestros hijos y a las generaciones futuras. Algunos todavía pueden negar el juicio abrumador de la ciencia, pero nadie puede evitar los efectos devastadores de los rabiosos incendios, y las devastadoras sequías, y las más poderosas tormentas.
El camino hacia las fuentes de energía sostenible será largo y a veces difícil. Pero Estados Unidos no puede resistirse a esta transición, hay que dirigirla. No podemos ceder a otras naciones la tecnología que potenciará nuevos trabajos y nuevas industrias, debemos reclamar su promesa.
Así es como vamos a mantener nuestra vitalidad económica y nuestro tesoro nacional: nuestros bosques y cursos de agua, nuestras tierras de cultivo y picos nevados. Así es como vamos a preservar nuestro planeta, puesto a nuestro cuidado por Dios.
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