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El otro recurso natural de Guyana

martes, marzo 28, 2023
¿Y si los bosques de un país valieran más intactos que talados? Eso es lo que está empezando a ocurrir en Guyana, líder mundial en créditos de carbono por sus vastos bosques tropicales, incluso en pleno auge del petróleo en alta mar.

 

Los primeros créditos de carbono de Guyana, que llevan mucho tiempo gestándose, han empezado a aportar ingresos al país gracias a un acuerdo firmado el pasado diciembre entre el gobierno guyanés y Hess Corporation, miembro de un consorcio de empresas petroleras y gasísticas que explotan los recursos marítimos de Guyana.

Hess ha acordado comprar 37,5 millones de créditos de carbono a Guyana por un mínimo de 750 millones de dólares entre 2022 y 2032. El vicepresidente Bharrat Jagdeo declaró recientemente que el acuerdo podría incluso aportar muchos más ingresos, si los créditos aumentan su valor al negociarse en mercados secundarios.

Los créditos de carbono forestal son emitidos por organismos de verificación independientes y son un medio para asignar un valor al carbono almacenado por los árboles. Las empresas que emiten gases de efecto invernadero pueden compensar sus emisiones comprando estos créditos negociables. Cada crédito de carbono equivale a una tonelada métrica de carbono que se ha reducido, evitado o secuestrado.

En su intervención en la Conferencia y Expo Internacional de Energía Guyana 2023 -celebrada en Georgetown, la capital guyanesa, a mediados de febrero-, Jagdeo declaró que el 15% de los ingresos procedentes de los créditos de carbono de Guyana se destinarán directamente a las aldeas amerindias del interior del país, «en reconocimiento del papel de custodia que han desempeñado sobre los bosques».

También, dijo que estaba a punto de reunirse con los líderes de 240 aldeas y que el gobierno pronto desembolsará un total de 22 millones de dólares a sus comunidades, en concepto de la cuota correspondiente al primer pago de 150 millones de dólares.

Los Wai Wai son un pueblo de lengua caribe, nativos del sur de Guyana y el norte de Brasil. Crédito: Marcelo Camargo/Agência Brasil CCBY3.0

Jagdeo afirmó que el acuerdo con Hess representa el 30% de los créditos de carbono de Guyana certificados internacionalmente, y que el gobierno podría suscribir otros acuerdos de este tipo en el futuro. Casi el 90% del país está cubierto de bosques, lo que significa que Guyana desempeña un papel importante en la absorción de carbono de la atmósfera.

«Estamos haciendo nuestra contribución a la lucha mundial contra el cambio climático, pero también estamos monetizando estos recursos y utilizándolos para el desarrollo de nuestro país», afirmó.

Guyana, que forma parte de la cuenca del Amazonas, cuenta con unas 18 millones de hectáreas de bosques mayormente antiguos, una superficie geográfica mayor que la de Uruguay o el estado estadounidense de Florida. Estos bosques almacenan unos 20.000 millones de toneladas de dióxido de carbono y absorben unos 154 millones de toneladas de CO2 de la atmósfera al año, según cifras del Gobierno.

En su intervención en la conferencia, el Presidente de Guyana, Irfaan Ali, dijo que el mundo debe avanzar más en el reconocimiento del valor económico del carbono almacenado y la biodiversidad. Mientras tanto, dijo, Guyana debería celebrar el logro que representa este acuerdo.

«Se trata de algo visionario, proactivo, sostenible y que cataliza el valor de nuestros recursos naturales», afirmó. Ali añadió que el acuerdo es coherente con la Estrategia de Desarrollo Bajo en Carbono 2030 de Guyana, la cual, dijo, espera que se convierta en «un modelo global sobre sostenibilidad».

 

The Path to Carbon Credits

 

En la Conferencia y Expo Internacional de Energía Guyana 2023, el Vicepresidente Bharrat Jagdeo explicó que los vastos bosques de Guyana desempeñan un papel importante en la absorción de carbono de la atmósfera. Crédito: Página Oficial de Bharrat Jagdeo

Durante un foro en la reciente conferencia sobre energía, el Vicepresidente Jagdeo -que fue Presidente de Guyana de 1999 a 2011- explicó que su país empezó a explorar la posibilidad de compensar la preservación de los bosques en 2007.

«Pensábamos, ¿y si emplearemos nuestros bosques en la lucha contra el cambio climático? ¿Habría suficientes incentivos globales para permitirnos competir con un uso alternativo de los bosques?».

Si bien hay quienes se oponen a la tala de cualquier árbol, el hecho es que la gente depende de los bosques para ganarse la vida, dijo.

«Es evidente que teníamos que encontrar un modelo equilibrado, que le permitiera a la gente ganarse la vida dignamente, pero que al mismo tiempo nos permitiera preservar los bosques, porque si no lo hacemos, nunca alcanzaremos el objetivo de cero emisiones netas», declaró Jagdeo. (La deforestación y la degradación del suelo son responsables de aproximadamente 16% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, añadió).

Guyana le encargó un estudio a la consultora internacional McKinsey & Company, para calcular el valor económico potencial de la tala de la mayor parte de los bosques del país y su utilización para otros fines, como la minería o la agricultura. El estudio estimó que el país podría generar una renta vitalicia cercana a los 600 millones de dólares, lo que significa que si pudiera llegar a producir esa cantidad de ingresos por no talar los bosques, la conservación sería una alternativa competitiva.

«Es la única forma sostenible de gestionar los bosques», dijo Jagdeo.

Transporte de caña de azúcar por un río de Guyana. Los créditos de carbono representarán otra fuente de ingreso para las comunidades de las zona menos desarrollada del país, conocida como el Hinterland. Crédito: Kevin Snyman

Guyana buscó un socio bilateral para probar el concepto y en 2009 firmó un convenio con Noruega. En virtud de ese acuerdo, Guyana obtuvo más de 220 millones de dólares por los servicios climáticos forestales prestados a ese país entre 2009 y 2015, según la Estrategia de Desarrollo Bajo en Carbono.

Durante ese periodo, Guyana también desarrolló lo que Jagdeo denominó un «sólido» sistema de seguimiento, notificación y verificación del carbono forestal, que sentó las bases para la certificación internacional.

En diciembre, Guyana se convirtió en el primer país del mundo en recibir los llamados créditos TREES, mediante una iniciativa mundial denominada Arquitectura para las Transacciones REDD+ (ART, por sus siglas en inglés). REDD+ es un mecanismo de mitigación del cambio climático creado por las Naciones Unidas para reducir las emisiones derivadas de la deforestación y la degradación forestal en los países en desarrollo. Su función es impulsar la conservación, la gestión sostenible de los bosques y el aumento de las reservas forestales de carbono. TREES son las siglas en inglés del Estándar de Excelencia Medioambiental REDD+.

Frances Seymour, que preside el directorio de ART, dijo que la emisión de créditos de carbono a Guyana es un reconocimiento al éxito del país en la protección de sus bosques.

«Guyana es el primer país en completar el proceso ART para generar créditos de carbono de alta integridad, alineados con el Acuerdo de París, que le permitirán acceder a financiación en los mercados para seguir aplicando estrategias de gestión forestal», declaró en un comunicado de prensa.

En su presentación en la conferencia sobre energía, Jagdeo afirmó que los fondos derivados de la venta de créditos de carbono beneficiarán a toda la población de Guyana, tanto en la costa como en el «hinterland», como Guyana denomina a las zonas menos pobladas del interior del país.

Los pueblos alejados de la costa suelen tener menos oportunidades, dijo Jagdeo. Las asignaciones directas les permitirán financiar proyectos de su elección, determinados por cada comunidad mediante un plan de desarrollo. La infraestructura básica, dijo, seguirá siendo responsabilidad del gobierno.

«No esperamos que las comunidades amerindias financien sus carreteras con este fondo», dijo, y añadió que lo ideal sería que los nuevos pagos permitan una ampliación de las actividades locales generadoras de ingresos.

El Consejo Nacional de Toshaos -la palabra «toshao» hace referencia a los líderes locales electos o capitanes de aldea- ha respaldado la Estrategia de Desarrollo Bajo en Carbono 2030 de Guyana. Incluso, en una mesa redonda celebrada en diciembre, varios de sus líderes elogiaron el acuerdo con Hess.

El Presidente del Consejo Nacional de Toshaos, Derrick John, de la aldea de Moraikobai, lo calificó de «innovador» y afirmó que la nueva financiación ayudará a «construir un puente» entre las comunidades costeras y las del interior. Un área emergente que probablemente será objeto de inversión, es el ecoturismo, dijo.

Toshao Timothy Andrews, de la Misión de San Cuthbert, dijo que los fondos brindarán a las comunidades que dependen de la madera la oportunidad de diversificarse. «Nos da esa oportunidad, esa opción, de decir, mira, ahora podemos desarrollar nuestras comunidades de una manera más sostenible», dijo.

Por su parte, Shane Cornelius, del pueblo de Karrau, dijo que espera que la financiación contribuya a que más personas se queden en el pueblo en lugar de emigrar a la costa.

«Como pueblo indígena, nos hemos esforzado», afirma otra dirigente, Sonya Latchman, de la aldea de Bethany. «Hemos logrado conservar. Es un sentimiento de gran logro».

Los nuevos fondos, dijo, permitirán a las aldeas complementar lo que está haciendo el gobierno «para que podamos seguir desarrollando Guyana y convertirla en esa Guyana que todos queremos ver».

 

Desarrollo a base de petróleo

 

El buque perforador Stena Carron en las aguas de Guyana. Se calcula que el país cuenta con 11.000 millones de barriles de recursos petrolíferos recuperables, y la exploración continúa. Crédito: Stena Drilling

Por supuesto, el factor principal para el desarrollo del país en la actualidad, es el petróleo. Desde el primer hallazgo significativo frente a las costas de Guyana, en 2015, el país se ha convertido en «un productor de petróleo reconocido mundialmente», como publicaba recientemente Oilprice.com, un medio de noticias del sector.

Para finales de 2022, Guyana estaba bombeando una media de 360.000 barriles al día, y se espera que la producción se duplique con creces en los próximos dos años. El año pasado, el país ocupó el 17º puesto mundial en reservas de petróleo en alta mar, con una estimación de 11.000 millones de barriles de recursos petrolíferos recuperables. Incluso, la exploración continúa.

Estos descubrimientos han «transformado la perspectiva de desarrollo del país», como afirma la Estrategia de Desarrollo Bajo en Carbono 2030 de Guyana.

En la reciente conferencia de Georgetown, el Presidente Ali subrayó la «ambición de bajas emisiones de carbono» que tiene su país, señalando que Guyana está invirtiendo en energías renovables y trabajando para descarbonizar su economía nacional. Sin embargo, la realidad es que el mundo sigue funcionando con combustibles fósiles, dijo.

Además, abogó por un debate internacional más equilibrado y realista en torno a tres retos centrales a los que se enfrentan los países hoy en día: el cambio climático, la seguridad alimentaria y la seguridad energética.

«No tenemos que ser autocomplacientes en esta cuestión», dijo. «Les hablo desde la posición de un país petrolero que seguirá produciendo petróleo, que intensificará su esfuerzo para extraer el recurso natural con el que hemos sido bendecidos y lo transformará en desarrollo para su pueblo».

En una entrevista concedida a principios de año a la cadena de noticias Al Jazeera, Ali afirmó que la producción de petróleo y gas le permitirá al país diversificar su economía y promover la inversión pública y privada en infraestructura, vivienda, sanidad, educación, agricultura y energías renovables entre otros sectores. En consecuencia, le permitirá ampliar la clase media. Ali aseguró que Guyana hará un uso responsable y sostenible de sus recursos, mientras se completa la transición hacia las energías limpias y el mundo deja de depender del petróleo

«Somos conscientes de la realidad a la que nos enfrentamos», dijo. «Por eso tenemos que hacer el mejor uso posible de lo que tenemos en el menor tiempo posible».


Imagen de portada: El río Potaro atraviesa el Parque Nacional de Kaieteur, en la parte occidental del centro de Guyana.