El proceso de contaminación por aceite comienza cuando en casas, restaurantes y cafeterías éste es arrojado al drenaje, provocando altos costos en el sistema de limpieza de alcantarillado, atascos, malos olores y proliferación de plagas. Cuando la mezcla agua-aceite llega a los ríos, se ve impedido el paso de oxígeno de la superficie al fondo, donde viven peces y plantas.

Según el Instituto Nacional de Tecnología Industrial de la Argentina, cada litro de aceite usado que se vierte en el desagüe contamina 1 000 litros de agua. Se estima que cada persona usa en promedio 10 litros de aceite al año. Una nueva iniciativa en el marco de la iniciativa Comunidades Sostenibles en América Central y el Caribe de la Alianza de Energía y Clima de las Américas (ECPA) fue lanzada el pasado 15 de abril en Ciudad de Guatemala. El proyecto Recolección de Aceite Usado para Producir Biodiésel, Disminuyendo la Contaminación del Agua Subterránea y Limpiando el Aire de la Ciudad será implementado por la Fundación Solar en alianza con la Municipalidad de Guatemala, la Empresa Eléctrica de Guatemala, S. A. (EEGSA), la Asociación de Combustibles Renovables y la Universidad del Valle de Guatemala.

El objetivo de este proyecto es transformar el aceite de cocina desechado por 400 comedores de seis mercados de la Ciudad de Guatemala en biodiésel a fin de contribuir a eliminar la contaminación del agua subterránea ocasionada por el derrame de este tipo de aceite en el desagüe. Todo el aceite de cocina usado será recolectado para luego ser transformado en biodiésel por la Universidad del Valle de Guatemala.

Además de evitar la contaminación en las fuentes de agua, el proyecto también logrará disminuir emisiones atmosféricas ya que este biodiésel será utilizado en un total de seis vehículos de la Municipalidad de Guatemala y de la empresa EEGSA. La meta es utilizar una mezcla de B25 (25 % de biodiésel y 75 % de diésel fósil).

La iniciativa Comunidades Sostenibles en América Central y el Caribe se propone fortalecer la capacidad de organizaciones no gubernamentales y asociaciones comunitarias de la región para construir comunidades sostenibles. La primera fase de la iniciativa concluyó exitosamente en 2014; y la OEA, a través de su Departamento de Desarrollo Sostenible, ha dado inicio a la implementación de su segunda fase, la cual cuenta con el apoyo financiero del Departamento de Estado de Estados Unidos.