Con una población superior a los tres millones de habitantes, Panamá ocupa el primer lugar en América Central en términos de crecimiento y desarrollo (Índice de Desarrollo Humano 2014) y es también el segundo país más competitivo de la región, según el Foro Económico Mundial. Geográficamente privilegiado, este país es escenario del Canal de Panamá, obra que facilita la comunicación entre los océanos Atlántico y Pacífico y que influye significativamente en el comercio mundial, ofreciendo una amplia plataforma de servicios marítimos, comerciales, inmobiliarios y financieros. Se prevén grandes inversiones privadas para los próximos años en el mercado eléctrico, las cuales deberán concordar con las proyecciones en el crecimiento económico; y el PIB estará en el orden del 4,6 %, según cifras del Fondo Monetario Internacional. Esto supone un crecimiento que solo es superado por China.
Para hacer frente a la creciente demanda que implica este dinamismo económico, la Secretaría de Energía de Panamá sigue una estrategia energética que busca garantizar el suministro competitivo, suficiente, de alta calidad, económicamente viable y ambientalmente sustentable que a su vez permita el desarrollo sostenido del país. Los objetivos generales de la estrategia energética comprenden el acceso universal mediante el aumento de la cobertura, tanto de electricidad como de energéticos “modernos” (gas LP en vez de leña, por ejemplo), y precios razonables, sin limitar la posibilidad de subsidios al consumo en los sectores de bajos ingresos. Minimizar el impacto ambiental de la producción y uso de la energía, así como el uso racional de los recursos naturales son también objetivos fundamentales de esta estrategia.
La capacidad de generación eléctrica del país está conformada por 40 % de combustibles fósiles y 60 % de energías limpias o no convencionales. El principal proyecto hidroeléctrico que habrá de desarrollarse en Panamá el próximo quinquenio será el de Changuinola II, que en un esquema de colaboración público-privado dotará al país de una capacidad de 223 MW y un embalse con una reserva de energía para 90 días. Asimismo, Panamá cuenta con el parque eólico más grande de Centroamérica que, una vez completado, aportará 280 MW de capacidad al Sistema Interconectado Nacional.
Panamá está comprometida con los proyectos de integración energética que permitirán un mayor desarrollo de los países del Hemisferio y una mejor seguridad del abastecimiento. Gracias a la privilegiada posición geográfica de Panamá, es posible la interconexión eléctrica con los países de la Comunidad Andina y de América Central. Las interconexiones contribuyen a la confiabilidad del suministro, generan mayores niveles de competencia en los mercados nacionales y atraen la inversión extranjera.
En el caso de América Central, por ejemplo, la interconexión eléctrica está operando desde inicios de este siglo gracias a la puesta en marcha del Sistema de Interconexión Eléctrica de los Países de América Central (SIEPAC). Este sistema consta de 1 788 km de líneas de transmisión de 230 kW y capacidad de 300 MW, entre Guatemala y Panamá. A la fecha se han cumplido todos los pasos para la homologación de criterios que permitan el intercambio de energía y mejoras en los sistemas existentes.
La Interconexión Panamá-Colombia, que fue retomada durante la administración del Presidente Juan Carlos Varela, ha permitido a las empresas radicadas en Panamá aumentar sus transacciones y al país, reforzar el suministro. Este proyecto servirá de puente para transportar energía eléctrica entre el norte y el sur del Continente.
La estrategia adoptada por el Gobierno nacional para reducir en el corto y mediano plazos las emisiones de gases de efecto invernadero y combatir los efectos del cambio climático se sustenta en la promoción del uso de energías renovables y la generación de ahorros a partir de un aprovechamiento racional y responsable de la energía disponible en el país. Actualmente se estudia la posibilidad de incorporar gas natural a la matriz energética panameña, dado que el auge en su producción en los Estados Unidos dará lugar a un importante tránsito de buques metaneros por el Canal de Panamá. Esta tendencia podría ser aprovechada para convertir al país en un centro de depósito y transferencia de gas natural licuado y de otros subproductos, como el etanol y el propano. De igual manera, la Secretaría Nacional de Energía de Panamá orienta sus acciones en materia de aprovechamiento sustentable de la energía y promoción de la eficiencia energética en el marco del uso racional y eficiente de la energía.
Por último, durante el presente quinquenio Panamá definirá su Plan Energético 2015-2050 como principal meta. Así se garantiza la continuidad del horizonte de planeación, se lo complementa y perfecciona con la inclusión de las condiciones y tendencias del sector energético global, y se lo fortalece con la actualización periódica de objetivos y estrategias. El Plan Energético 2015-2050 hará énfasis en la confiabilidad del suministro energético, en la diversificación de las fuentes primarias de energía (basadas en costos de producción reales y sostenibilidad en el Sistema Interconectado Nacional) y en la ampliación de la cobertura del servicio eléctrico a comunidades remotas, utilizando energías renovables. A partir de lo anterior, se establecerán cuatro ejes rectores: acceso universal, seguridad energética, eficiencia económica y productiva, y sostenibilidad ambiental.