Boletín de noticias de la ECPA

Con los ojos puestos en el largo plazo

viernes, abril 17, 2020
Todas las economías del mundo sentirán los efectos del Covid-19, pero el daño será especialmente grave en la región del Caribe, donde la industria del turismo se ha derrumbado. Este es el momento para que los gobiernos piensen en grande acerca de cómo lograr que la región sea más resiliente, afirma un economista.

 

«Si bien nos hallamos en una crisis de corto plazo, nuestro enfoque debe ser de largo plazo», dijo Justin Ram, Director de Economía del Banco de Desarrollo del Caribe, en un seminario virtual organizado recientemente por New Energy Events. Según Ram, la pregunta que el Caribe debe hacerse es: «¿Cómo invertimos hoy de manera tal a reducir en el futuro nuestra vulnerabilidad en general?”

El mantra de la región debe ser «resiliencia, resiliencia, resiliencia», afirmó. Ello significa, entre otras cosas, invertir en energía renovable, lo que alentará precios más predecibles y competitivos. Significa poner en marcha la innovación y los cambios estructurales que harán que las economías de la región sean más eficientes y productivas, dijo Ram. Significa realizar mejoras en el sistema educativo para que los jóvenes estén más preparados para ingresar a un nuevo mercado laboral.

Es evidente que todo esto no sucederá de la noche a la mañana. En el Caribe, como en gran parte del mundo, la vida cotidiana normal está momentáneamente en suspenso mientras la gente permanece encerrada en su casa. Según Ram, el aislamiento es sin lugar a duda la «respuesta acertada» para cuidar la salud de las personas, pero tiene un costo.

«Desafortunadamente estamos presenciando la contrapartida natural de la preservación de la vida», afirmó, «y ello significa que entraremos en algún tipo de contracción».

Una caída de las tasas de crecimiento del PIB tendrá «un impacto real en los ingresos de los gobiernos», lo que probablemente llevará a un alza del déficit y del porcentaje de la deuda con respecto al PIB, aseguró Ram. Asimismo advirtió que, a medida que los gobiernos gasten más para estimular sus economías, deberán asegurarse de no agotar sus reservas de divisas y, con ello, empeorar la situación económica.

A pesar del daño a corto plazo, Ram y otros panelistas afirmaron que se están observando signos positivos que apuntan a un futuro más competitivo para el Caribe. Por ejemplo, durante el aislamiento los bancos, los supermercados, los gimnasios e incluso los gobiernos han comenzado a ofrecer más servicios en línea. Asimismo, muchas compañías encontraron formas para que sus empleados trabajen productivamente desde sus casas.

A diferencia de un huracán, el Covid-19 provocó una crisis que está afectando a toda la región del Caribe a la vez, lo cual brinda la oportunidad de pensar en algunos de estos problemas en un plano de índole más regional y aprovechar el momento para impulsar a las economías más fuertes y diversificadas, según Racquel Moses, Directora Ejecutiva del Caribbean Climate-Smart Accelerator.

En una entrevista posterior, Moses afirmó que la región indudablemente necesitará una inyección de financiamiento concesional para recuperarse de esta crisis, y que será importante asegurar que la energía renovable y la transformación digital sean un aspecto central de la reconstrucción económica.

«Necesitamos concentrarnos seriamente en la oportunidad que se nos presenta en este momento», afirmó.


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