Este blog es el segundo de una serie de blogs de dos partes de la Alianza de Energía y Clima de las Américas (ECPA). Leer el primer blog sobre la conservación de nuestros bosquesaquí. Este blog fue escrito por el Dr. Janaki Alavalapati, Experto del Programa de Expertos de la ECPA y Catedrático y Jefe del Departamento de Recursos Forestales y Conservación Ambiental de la Facultad de Recursos Naturales y Medio Ambiente, Virginia Tech.
Los bosques cubren alrededor del 30% de la superficie terrestre del mundo, el suministro de diversos servicios económicos y de los ecosistemas que incluyen la mitigación del cambio climático mediante el secuestro de carbono (FAO y el CCI 2012). Los bosques nos proporcionan los alimentos en forma de plantas comestibles, frutas, nueces, bayas, insectos y animales. Millones de hogares en el mundo deben sus ingresos y medios de vida a través de la madera, leña, forraje y una variedad de productos no madereros como hongos, miel y hierbas que se utilizan como medicina. El ecosistema forestal es el banco de genes vivo más importante del mundo y ofrece un hábitat crítico para la vida silvestre, incluyendo varias especies amenazadas y en peligro de extinción. Además, los bosques juegan un papel fundamental en el mantenimiento de la base ecológica para la producción agrícola mediante el control de la erosión hídrica y eólica y mediante el reciclaje de los nutrientes vitales de nuevo en el suelo. Mientras que las personas tienen una mayor comprensión de estos beneficios sociales convencionales de los ecosistemas, el papel de los bosques en la mitigación del cambio climático aún no se entiende bien.
La quema de combustibles fósiles y la deforestación han incrementado la acumulación de dióxido de carbono (CO2), la mayor causante del gas de efecto invernadero (GEI) en la atmósfera, el cual causa un problema de cambio climático. El manejo sostenible de los bosques y las tierras agrícolas puede aumentar el secuestro de carbono, mitigando así el cambio climático (IPCC 2007). Los ecosistemas forestales almacenan cerca del 45% del carbono terrestre y tienen el potencial de secuestrar más carbono de la atmósfera si se mantienen prácticas adecuadas del uso de la tierra (Gordon 2008). Como los árboles crecen con el tiempo, el proceso de captura de carbono de la atmósfera compromete los tallos, las raíces, las ramas y las hojas. Sin embargo, cuando los bosques son talados y quemados, el carbono almacenado se emite a la atmósfera. Por ejemplo, la deforestación tropical contribuye sólo a un 20% del total de las emisiones de origen humano de dióxido de carbono por año (Gullison et al. 2007). Por lo tanto, dependiendo de la forma en cómo se administren los bosques, pueden actuar como sumidero o fuente de emisión de carbono.
La cosecha y producción de productos de madera de forma sostenible puede reducir significativamente las emisiones globales de carbono. Malmsheimer et al. (2011) señaló que la evaluación de los bosques en la mitigación del cambio climático y el calentamiento global debe considerar las bajas emisiones de carbono asociadas con la fabricación de productos de madera, el almacenamiento de carbono en productos de madera duraderos, las emisiones que se evitan como resultado del uso de la madera en lugar de la energía, el uso intensivo de materiales y productos tales como hormigón, acero y plásticos, y la sustitución de la bio-energía de los combustibles fósiles. El manejo de los bosques y el carbono se considera una opción de bajo costo para mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero (IPCC 2007). Los costos de las reducciones específicas globales en las emisiones de GEI pueden reducirse significativamente aumentando el uso extensivo de los bosques y dándole otros usos a la tierra por el secuestro de carbono de la atmósfera. Esta visión incitó a las Naciones Unidas a crear el programa REDD + (Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación y mejora de carbono forestal) en países en vías de desarrollo. Sin embargo, cuestiones tales como la medición, reporte y verificación del almacenamiento de carbono; establecer una línea de base para la historia en tierra las emisiones de gases de efecto invernadero, las fugas y la permanencia del carbono almacenado plantean importantes retos para la implementación de proyectos forestales de carbono. Se espera que con los avances en las tecnologías de medición, los sensores remotos y LIDAR (light detection and ranging), ayuden a superar estos retos. Por último, pero no menos importante, los programas y las políticas para el control de la deforestación, el establecimiento de nuevas áreas forestales, la masificación del uso intensivo de energía con productos madera, y el uso de la biomasa forestal para bioenergía, pueden aumentar el potencial de los bosques en la mitigación del cambio climático, al tiempo que beneficia los ecosistemas y la sociedad en general.
Este blog fue escrito por el Experto de la Alianza de Energía y Clima de las Américas (ECPA), Dr. Janaki R.R. Alavalapati y originalmente publicado por Global Conversations. Ver publicación original en inglés, aquí.